Page 260 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            por ir contra nuestro soberano.— Estos servicios hechos a todas luces en be-
            neficio de la religion y del estado nunca me hicieron sospechar de la fidelidad
            de vuesa señoria ylustrisima, ni oí que se puciese esta mancha a la conducta
            de vuesa señoria ylustrisima antes sí que su zelo si propasaba a mas de lo que
            permitia el estado, criticandose de las vigorosas providencias de vuesa señoria
            ylustrisima quales fueron alistar al clero, excomulgar a los reveldes y apercivir
            a sus curas para que fixasen los zedulones y no se moviesen de sus doctrinas,
            no obstante el manifiesto peligro en que estaban. Es quanto puedo contextar
            al citado oficio de vuesa señoria ylustrisima ratificandome en aquel mismo ju-
            ramento que anteriormente hize con el que ahora concluio pidiendo a nuestro
            Señor guarde a vuesa señoria ylustrisima muchos años. Lima siete de diciem-
            bre de mil setecientos ochenta y cuatro.— Ylustrisimo señor.— Besa la mano
            de vuesa señoria ylustrisima su mas atento servidor y capellan.— Agustin de
            Mendoza.— Ylustrisimo señor doctor don Juan Manuel Moscoso y Peralta.
            Enmendado: s—ad: vale.—
                    Concuerda con el oficio y respuesta original de su contexto queda en-
            tre los papeles de mi cargo a que me refiero y de que certifico. Lima diez de
            enero de setecientos ochenta y cinco.—


                    Doctor Antonio de Bustamante Secretario (Rubricado).




                                          DOCUMENTO 44



                    Ylustrisimo señor doctor don Juan Manuel Moscoso y Peralta.— Sien-
            do mi primer cuidado la salud de vuesa señoría ylustrisima pongo por primera
            diligencia de esta solicitud de ella, deceandola muy cumplida y ofreciendo a su
            dispocicion la actual que disfruto, para emplearla en el exercicio de sus orde-
            nes.— El anhelo grande que me acompaña en servicio de Dios y bien publico,
            me precisa encargar a vuesa señoria ylustrisima reponga en toda su diocesi los
            curas proprios de su doctrina para el mejor cumplimiento del ministerio que
            deven exerser y para lo que estan y estuvieron destinados. Los incombenientes
            que persuaden a la estavilidad de dichos curas en sus doctrinas, no son menos
            que la carencia de pasto espiritual y mal tratamiento que experimentan todos
            los feligreses, a causa del mal manejo con que proceden los mas coadjutores,



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