Page 154 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 7º
que sus resultas, puedan aumentar el dolor a mis padecimientos: Son mu-
chos señor exelentisimo lo que llebo sufridos en los repetidos desaires, que
en agravio de mi caracter, y perjuicio de toda esta diocesi he experimentado
de esos señores ministros de quienes no dudaría yo la mas exacta adminis-
tracion de justicia y firme apoio de mi dignidad segun se explica vuexelencia,
a no constarme positivamente lo contrario, y el principio de donde proviene
la serie de casos, que me inducen a sentirlo así e individualizar a vuexelen-
cia sino temiera quitarle el tiempo, que laudablemente ocupa vuexelencia en
beneficio comun de estos reinos; pero no podré omitir el reciente que basta
para prueba incontextable de lo que llebo expresado, y referiré sumariamente
a vuexelencia sirviendome este desabroche de algun desaogo por la confianza,
que me asiste de su justificacion, entre tanto pase mi queja al trono, para que
de la benigna y santo mano del Rey, venga el remedio, que espero en fuerza
de la justicia de mis causas, en que solo hé atendido al servicio de Dios, y bien
publico de un obispado, que me dió a regir la Providencia, y sin embargo de
que puedo decir sin jactancia que no he perdonado fatiga, desvelo, ni cuidado
el mas improbo de quantos corresponden a un prelado el mas zeloso, aun no
hé podido, ni pienso lograr la reforma completa, porque hechos que debian
castigarse se patrocinan por fines particulares, y por el especial de desairar
al Obispo, abandonandose las leyes de la razon por sugetarse solo a las de la
pasion y venganza: Yo debo hablar asi con vuexelcncia por que a ello me abre
margen el conocimiento de las recomendables calidades, que lo adornan y lo
hacen un superior cabal, y por eso digno de la real confianza, que desempeña
vuexelencia con gloria, y a satisfaccion del publico. Tal es el que me acaba de
suceder con don Lorenzo Lechuga, quien sin mas motivo, que el de una justa
reconvencion por mas de catorce mil pesos en que salió alcanzado a favor de
la Fabrica de mi Catedral, confesados por él en sus cuentas, y obligado por
escritura a su satisfaccion, cometió el exeso de pasar a mi havitacion, forsando
las puertas de ella y de ponerme manos violentas, como lo justifican los autos,
que se despacharon a esa Real Audiencia, que lejos de mirar por la justicia en
honor mio y del Estado lo han declarado libre, dexando ultrajada mi dignidad
por un mero efecto de venganza de los agravios que supone uno de los que
hacen ese respetable cuerpo: Hablo del señor don Benito Mata Linares, este
ministro llegado que fue a mi capital, me puso en la precision de manifestar
el sentimiento, que me ocasionaba ver escandalisada mi grei con su conducta
desarreglada, y contraria a la respetuosa representacion de un magistrado; y
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