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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Obispo del Cuzco.— Ylustrisimo señor.— En contextacion a la carta de ofi-
            cio que vuesa señoría ylustrisima me remitió el veinte y dos de Abril de este
            presente año de setecientos ochenta y cuatro, en la que me pide vuesa señoría
            ylustrisima que a continuacion de dicho oficio exponga todo lo que acaeció
            el año pasado de ochenta, en la Villa de Urubamba en casa de vuesa señoría
            ylustrisima con don Ysidro Guizasola devo decir: Que hallandome yo presen-
            te en la cuadra dormitorio de vuesa señoría ylustrisima, y al mismo tiempo
            don José Cabero Corregidor de Aymaraes despues de haber hablado varios
            asumtos don Ysidro Guizasola, interpuso con vuesa señoría ylustrisima una
            suplica, y empeño dirigido a que cortase la competencia entre el Corregidor
            de Tinta don Antonio de Arriaga y el Provisor de vuesa señoría ylustrisima
            don Juan Antonio Tristan, sobre el conocimiento de unos reos que impidieron
            la jurisdiccion eclesiastica del pueblo de Yauri. Tengo presentes las primeras
            palabras con que solicitó de vuesa señoría ylustrisima se cortase dicha com-
            petencia. No havrá lugar (dijo a vuesa señoria ylustrisima) en su piadoso y
            venigno corazon para que se componga la competencia que hai entre el Pro-
            visor de vuesa señoria ylustrisima y don Antonio de Arriaga protestando yo
            a vuesa señoria ylustrisima, que don Antonio de Arriaga dará la satisfaccion
            que guste a vuesa señoria ylustrisima? A lo que vuesa señoría ylustrisima res-
            pondió: Que desde luego esta todo acabado, y que no quería otra satisfaccion
            de don Antonio de Arriaga, que el que biniese a comer a su mesa, como lo
            havia hecho otras veses, y que no se hablase mas en la materia. A esto contex-
            tó don Ysidro Guisasola con palabras de mucho reconocimiento y dixo: Que
            le haría proprio significandole la promta condesendencia de vuesa señoría
            ylustrisima en que se acabasen dichas competencias, y que ofrecía que vendría
            promtamente dicho don Antonio de Arriaga, y a poco rato se despidió dicho
            don Ysidro Gizasola y vuesa señoría ylustrisima dijo a don José Cabero y a mi:
            Que havia andado muy violento don Antonio Arriaga, influyendo a los yndios
            para que le apedreasen y echasen del pueblo de Yauri a un clérigo comisiona-
            do suyo; pero que amaba vuesa señoría ylustrisima mucho cortar discordias
            entre juezes por que los yndios no querían otra cosa para vivir libertinamente
            y tratan a sus corregidores con poco respeto. Pasaron algunos pocos días, y
            no vino don Antonio de Arriaga; antes si, se fue para la ciudad del Cuzco don
            Ysidro Guizasola, y no se si satisfiso a vuesa señoría ylustrisima en no haver
            venido don Antonio de Arriaga.— Ygualmente me dise vuesa señoría ylus-
            trisima que en la misma conformidad le exponga la harmonía, y manejo que



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