Page 146 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                            La defensa del obispo Moscoso: Cargo 7º
            la verdad y la justicia.— En la mesma conformidad, se ha de servir vuesa mer-
            ced exponer lo que sienta en orden a la causa o principio que tubo la infausta
            muerte de horca, que dio al mencionado Correxidor de Tinta don Antonio de
            Arriaga el perfido Cacique de Tungasuca José Gabriel Tupac Amaro, con todo
            lo que en el particular le conste a vuesa merced, especificando las personas de
            quienes lo haya vuesa merced oído, los conductos por donde vuesa merced,
            lo haya sabido y todo lo demas que le parezca a vuesa merced oportuno, en
            orden a la revelion general, que hemos padecido, y que en la actualidad no me
            ocurre.— Nuestro Señor guarde a vuesa merced muchos años. Cuzco y Enero
            nueve de mil setecientos ochenta y quatro.— Beso la mano de vuesa merced,
            su atento servidor.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Ylustrisimo señor.—
            Muy señor mio y de mi maior veneracion: Con data nueve del presente, me
            pasa vuesa señoría ylustrisima un oficio sobre que con recordacion a lo que
            oi el mes de Junio o Julio del año de ochenta en la Villa de Urubamba a don
            Ysidro Guizasola, quando con objeto de tranquilisar los disgustos de vuesa se-
            ñoria ylustrisima promovidos por don Antonio Arriaga, Correxidor de Tinta
            de resultas del patrocinio de éste por el cura de Yauri, digo que a mi presencia
            en vista que hize a vuesa señoría ylustrisima, se propucieron aquellos medios,
            que conducian del sociego que manifestó vuesa señoria ylustrisima apetecer,
            preguntando don Ysidro Guizasola, que satisfaccion quería vuesa señoria
            ylustrisima de parte de Arriaga en que se interesaba aquel por varios motivos,
            que alli insinuó, respondió vuesa señoria ylustrisima, que no gustaba de otra
            que de la que viniese a comer a su mesa, y que se acavase de tal suerte esto,
            que no se bolviese a tratar por persona nacida sobre la materia. Esta respuesta
            que en todas sus partes manifiesta un animo generoso y distante de encono,
            sacó a Guizasola de la casa de vuesa señoria ylustrisima, para la de don Juan
            Nicolas Lobaton en la que estava apeado, adonde le segui por ciertos otros
            motivos particulares, que me obligaron a ello, y adverti que despues de haver
            dicho éste, temo del capricho de Arriaga alguna negacion, sin embargo de mi
            persuasiba, y la condesendencia de este prelado, hizo propio con referencia de
            este acaecimiento y esperando todos complasidos una respuesta disolutiva y
            de agradecimiento, fue todo de contrario, y de tal suerte que interesado Guizasola
            en el asunto, temiendo nuebo desayre en su persona embió a su sobrino don
            José Antonio Urisar, para que hiciese el bencimiento sin exponerse, lo que no
            logrado, no obstante ultimamente haver bajado al Cuzco, pues Arriaga llegó
            al extremo de dezir que quebraria la amistad, se resignó Guizasola por evitar



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