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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Briceño para que le diera plaza en la compañía de granaderos del Capitan don
Juan Ignacio Porto y Morales, quien lo puso de primer granadero, con todo lo
que acreditará siempre que conduzca a su mayor distinción la certificación que
se le mande dar a su dicho Sargento Mayor; y no sabe firmar lo hizo a su ruego
su dicho Capitan, que fue con don Tomas Casal, Capitan de Caballería ligera,
testigos en esta declaración, y ambos firmaron conmigo a falta de escribano lo
que certifico.— Joaquin Valcarcel.— A ruego del Granadero Antonio Supanta,
y como testigo de esta declaración.— Juan Ignacio Porto y Morales.— Testigo
de esta declaración, Tomas de Casal.
Decreto del Sor. Insepctor General.
Campo de Cachupampa 16 de mayo de 1782.
Certifique el Sargento Mayor de la tropa de Parinacochas, si el nombra-
do en esta declaración Antonio Supanta solicitó incorporarse en el Real Servicio
voluntariamente, o si fue nombrado o le tocó por suerte alistarse en él.— Don
Josef del Valle.
Certificación.—
Yo don Josef Ignacio Briseño Sargento Mayor del Regimiento provincial
de infanteria de Parinacochas del mando del Coronel don José Menaut, creado
para pacificación del Reyno del Perú con motivo de la sublevación de los in-
dios, certifico: en obedecimiento de la Superior orden anterior, como habiendo
sido comisionado por el actual Corregidor de la citada Provincia el General don
Mariano Josef Menaut para la formación de un batallon que dicho señor con-
siguió levantar con el número de nueve compañias inclusa la de granaderos de
a 75 plazas y los correspondientes oficiales, me emplee en alistar en los pueblos
de la Provincia la citada gente; pero no habiendo elegido a Antonio Supanta
natural de Lampa, por que en el sobraron individuos de las circunstancias que
prescriben las Reales Ordenanzas, acaeció que en el acto de la concurrencia de
todos los alistados, se me presentó de su motu propio dicho individuo pidien-
dome que lo admitiera por granadero en defecto de otro; y como reconocí su
bella disposición y ansia de seguir las vanderas del Rey Nuestro Señor, no pude
menos de admitirlo y ha sido uno de los que mas han acreditado su amor al
Real Servicio, sin haber dado el menor motivo de representación, antes bien
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