Page 880 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
                                                                         Inicio de la rebelión
            Juli, proseguimos nuestra marcha hasta el Pueblo de Acora, y se halló este casi
            desierto, y en grande consternacion por la insolencia de algunos Yndios que
            se presentaron con mucha desverguenza al Cura de San Pedro Dn. Manuel
            Castro.
                    Mandose aquartelar la tropa en el Sementerio de la Iglesia de San Juan,
            adonde llegamos despues de la oracion; y viniendo los rebeldes en nuestro se-
            guimiento, se les unieron todos aquellos que decian estaban para defender el
            paso con la mayor voluntariedad, agregandoseles las Estancias del transito que
            son infinitas: con cuyo numero aumentandose el Exercito de los contrarios
            por instantes, y sabiendo que venian en nuestro alcance, se determino para
            atajarlos, o traerlos a nuestra parte, salirles al encuentro el dia 30 de Marzo
            con 50 fusileros, 150 Cavallos, y los Yndios de Chucuyto que havian venido a
            auxiliarlos, y havian traido los dos Caciques de aquella Ciudad Dn. Cayetano
            Berrasueta y Dn. Juan Campos. Y haviendo encontrado una partida algo con-
            siderable de los rebeldes en un cerro a orilla del camino real distante dos leguas
            del referido Pueblo de Acora, llamado MANQUESQUEÑA, se les amonesto
            de nuevo la fidelidad a nuestro Soberano, y que aprovechasen del Yndulto que
            se les publicó, y se apartasen de los Gefes que havian venido a ceducirlos, lo
            que por ningun pretexto quisieron admitir; y atacandonos con furor, sin que
            huviese forma de reducirlos, se mando pegar fuego en unos ranchos inmedia-
            tos al cerro, y acometiendo por varias partes al enemigo, logramos rechazarlos
            con alguna pérdida, sin haber experimentado por nuestra parte ninguna.
                    En esta ocasión se portaron con mucho espíritu los dos Caciques de
            Chucuyto, y sus Yndios quienes lograron de algun despojo, y despues de ha-
            ber puesto en precipitada fuga y desorden a los Enemigos, nos retiramos a
            nuestro Quartel, el que se habia dexado resguardado con el Pedrero, y demas
            tropas de fusileria, cavalleria, honderos y Lanzas de a pie a las ordenes del
            Ayudante General Dn. Celedonio Bermejo; y a nuestra llegada tuvimos no-
            ticia de que Dn. Joaquin de Orellana Corregidor de la Villa de Puno venia a
            auxiliarnos con dos Pedreros, y toda su Gente haciendo noche este dia en la
            Plateria distante dos leguas del referido Pueblo de Acora. Y haviendo llegado
            el 31 a las diez del dia, aquarteló su Gente a la otra parte opuesta a la Yglesia de
            San Juan en la Pampa y Canto del mismo Pueblo, con animo de pasar unidas
            todas las tropas hasta el Desaguadero, en cuyo dia se aproximaron tanto los
            Enemigos, que incendiaron varios ranchos de Yndios amigos inmediatos al
            Pueblo, en cuyo reconocimiento, se mando ir a los Caciques de Chucuyto con



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