Page 883 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            no de tierra tomado por los rebeldes, quienes destrozaron todos los Papeles de
            la Caxa que se remitieron a dicha Villa por estar ya deliberada nuestra retira-
            da. Y haviendo llegado dicho auxilio en numero de 200 hombres al Comando
            del Cacique de Tiquillaca Dn. Andres Calisaya, quien a su llegada que fue a
            las diez de la mañana del dia 3 formó su tropa en la Plaza, y pasó en compañía
            del Sargento mayor Dn. Josef Roselló a acometer a los Enemigos por el canto
            del camino de Acora (los que se havian retirado algo con la venida de dicho
            auxilio) con pretexto de ir en busca del Pedrero por las voces que corrieron de
            que los Yndios lo havian enterrado; y no haviendo el Cacique trahido ningu-
            na arma de fuego para contener a los Enemigos, siendo las unicas que sirven
            en el modo de guerrar de esta Canalla, pues no acometen nunca en Pampa
            donde podrian ser utiles las Lanzas, se insolentaron mas los Enemigos, y la
            tropa se vio precisada a retirarse dentro de la Ciudad; y estando en la Plaza
            el referido Cacique Calisaya, se le dio orden para que contuviese su gente, y
            nadie se moviese de ella para hacer juntos la retirada hasta la Villa de Puno
            observando el mismo orden que en los Pueblos de Juli, Ylave y Acora se havia
            practicado. Pero en la ocasion menos pensada, abandonando dicho Cacique
            la Plaza y Ciudad con toda su gente y los Vecinos y soldados nuestros que de
            antemano se havian provehido de sus bestias, viendo la fuga de aquellos los
            siguieron igualmente, lo qual visto por los rebeldes, se entraron con la mayor
            aceleracion dentro de la Ciudad a ocupar el Sementerio, la Plaza y sus Calles.
                    El aviso de este fatal suceso lo recibió el Coronel Mendiolaza hallan-
            dose en casa del Señor Vicario Yrribaren, y mando incontinenti al Ayudan-
            te General o Comandante Bermejo a efecto de que atajase la tropa pues aun
            no se habia pasado la orden para la re-tirada, aunque se disponia todo para
            executarla a la una de la tarde. El dicho Bermejo no pudo practicar la orden
            por haber pasado la mayor parte de la tropa al otro lado opuesto a la Punta
            del Barco, y estar aquel paso ya cerrado por los Enemigos, quienes se havian
            apoderado de toda la Ciudad, y Pampita del Barco, en cuyos Parajes cometian
            las mayores atrocidades haciendo una horrorosa matanza. En este tiempo ig-
            norando el Comandante Bermejo la precipitada fuga del Cacique Calisaya, y
            su gente con los demas de los nuestros que le siguieron, y estando en la Casa
            del Cabildo mandando cargar los Pertrechos que habia en ella con 4 (arrobas)
            de polvora que mandó refinar, salió a la plaza con los Mosos que le conducian,
            y la hallo llena de Enemigos, los que cargaron sobre ellos, pero escapando
            Bermejo para la. Casa donde tenia su Mula encillada, y los Masas por la Calle



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