Page 818 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            conocido por el Adivino, que se halla actualmente en esta real cárcel, ya habia
            echado la voz de que habian de prender á Lupa. Que creyendo estaba todavia en la
            prision el Corregidor, le llevaron al Tambillo, que era el lugar donde habia estado
            cuando dió la órden; y así no se debe presumir complicidad en su hermano, por-
            que antes de su llegada se dió mandamiento de prision, y como ya el Corregidor
            habia venido para esta ciudad, y conociendo que habia sido precisado á escribir
            el papel, hizo todas las diligencias posibles para que le soltasen, y á este fin pasó al
            lugar donde le tenian, junto con el cura y el ayudante D. Gabriel, para redimirle, y
            no lo pudieron conseguir por mas ruegos y exhortaciones que hicieron, y descon-
            solados revolvieron á casa. Mas de allí á un rato, que ya era casi de noche, volvió el
            cura á instarle á su hermano Tomas pasase con el mismo eclesiástico á ver si po-
            dian reducirles á la entrega: lo que practicaron, y hallándoles tercos se resolvieron
            á arrebatarle, pero con engaños le retuvieron, diciendo seria mejor traerle á la ciu-
            dad, y en inteligencia de que no les engañaban; y como por este medio se lograba
            el fin de no matarle, se volvieron gustosos á casa del cura, pero aquella misma no-
            che le quitaron la vida, y dejando el cuerpo sin cabeza, enderezaron para Moscari
            sin entrar en Macha. Que es cierto que muchos indios de diversas partes fueron
            á visitar á su hermano, y le veneraban como á superior, pero él no admitia estos
            respetos, y así les despedia aconsejándoles á la quietud y union, como sucedió con
            Marcos Soto, cacique de Chayanta, conducido preso por sus mismos indios, con
            ánimo de pasarle á esta ciudad; y el cura con Catari los redujeron á que no hiciesen
            semejantes violencias, y consiguieron le dejáran libre; y á esta imitacion ocurrie-
            ron otros lances en ausencia del confesante. Que con sus hechos de humanidad
            se destruyó el concepto que tenia formado de su hermano, haciéndole cómplice ó
            causante en los alborotos.

                    Preguntado: ¿qué sugeto es el que llama Adivino en la antecedente pre-
            gunta; qué motivo hay para darle este nombre, y qué parte ha tenido en las con-
            mociones de la provincia, y si por ellos se halla preso, ó es otra la causa? -Dice:
            que el dicho adivino, llamado Francisco Ayanoma, le ha conocido por capitan de
            los alzados de Moscari, y que cuando salió de huida por la prision de su herma-
            no Damaso, fué á refugiarse á la casa que tiene en el parage de Umauma, donde
            estuvo escondido cuatro dias, y entonces le contó que había adivinado el éxito
            de la prision de Lupa. Que para ello habia juntado gente, y lo mismo hizo para
            el asalto de San Pedro de Buenavista, como lo aseguaron los indios de aquella
            estancia: entre uno llamado Marcos, mestizo, y este le acusó al ayudante Guerra y
            á los indios de Pocoata, quienes le trageron preso, y solo con el fin de descubrirle y


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