Page 759 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
             sus papeles unas clausulas llenas de horror, de injusticia, de inhumanidad, y
             de religión y con todo, no quiere que se le tenga por lego, por apostata, y por
             Revelde: Ademas de esto Vuestra Merced por una sentencia tan temible, seve-
             ra y respetable se halla privado de la comunión de los fieles, y se trata como si
             no lo fuera haciendo escarnio de una armas Eclesiasticas con que defiende sus
             inmunidades la Relijión, el Santuario, su Iglesia y sus venerables Pastores; y al
             ver que no se corrige, enmienda y arrepiente, quiere que no se le note, y tenga
             por Apostata de la Comunión de los Santos, y de los Hijos de Jesu-Christo.
             Despierte Vuestra Merced Tupac Amaro, y aconseje Vuestra Merced al traidor
             que abuse de su indole que no le haga pisar tan escandalosamente como pisa
             las líneas santas que separan la virtud del crimen, la de del error, y la venera-
             ción de la desovediencia: En que Ley ha visto Vuestra Merced ni que le condu-
             ce que se pueda aorcar a un hombre sin oirle, prendiendole con la asechanza
             que Vuestra Merced aprisionó y ahorcó a Dn. Antonio Arriaga Corregidor
             de esta Provincia teniendo ademas de esto brio para pretextarle a este infeliz,
             y desgraciado, y a los que le asistieron hasta el patibulo, que Vuestra Merced
             procedia con ordenes del Rey, de la Real Audiencia, del Gobierno y mias? Es
             posible que asi injuriase Vuestra Merced a estos ilustres, y al de Su Magestad
             que nos da a todos inspiraciones de su santa, recta y benigna justificación?
             Fuera de esto si Vuestra Merced dice que nuestro amable soverano ignora
             lo que hacen, o han hecho los Corregidores como elije su respetable nombre
             para matar así a quien tal vez hubiera remediado lo en que ofendio a sus Pro-
             vincianos, si es que es cierto lo que Vuestra Merced le achaca, sobre que se ex-
             cedió en el permiso del Comercio que le concede su tarifa? Desdoble o separe
             Vuestra Merced de sus ojos, y de los de la razón el falso y tosco velo con que
             está engañado o se quiere engañar, pues ni Dios, ni el Rey, ni quantos saven
             los crimenes que arrastra, está en otra cosa, sino que Vuestra Merced procedió
             con malicia; Que sigue obrando con ella, y que se halla muy proximo a verse
             en el Santo y tremendo Tribunal del Altisimo, donde no han de ser sus accio-
             nes meritas, sino cargas, y donde no ha de poder como intenta sin fruto con
             los hombres decir que creyó que obrava bien, quando sus palabras manifies-
             tan lo contrario. No puedo pasar mi reflexión por lo mucho que encierra este
             argumento sin enternecerme, y contristarme de que haia una alma que quiera
             irsse assi a su eterna condenación, despreciando el haver sido redimida, como
             es la de Vuestra Merced, con la preciosa sangre de Jesu-Christo. Dios San-
             to. ¡Dios Misericordioso! inflama el empedernido corazón de Tupac-Amaro;



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