Page 718 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            dos correjidores figuraron de que yo iba á demoler la ciudad, cuyo hecho era
            directamente contra la real corona de España del Rey mi señor. Hiciéronme
            resistencia con grandes instrumentos bélicos, á cuyo hecho me vi coactado á
            corresponder. No soy de corazon tan cruel ni estraño como los tiranos corre-
            jidores y sus aliados, sino cristiano muy católico, con aquella firme creencia
            que nuestra madre la Iglesia y sus sagrados ministros nos predican y enseñan.
            Representáronme las ideas de mis potencias la grande lástima que padecia
            la ciudad, para no imitar á Tito y Vespasiano en la destruccion de Jerusalen.
            Veneré con grande llanto las sagradas imájenes y relijiones de las esposas de
            Jesucristo, mi Redentor; esos coros de vírjenes claustrales de relijiosas; y no
            quise imitar á un Saúl, ni seguir las huellas á un Antioco soberbio; y así de-
            terminé retirarme hasta hoy dia de la fecha, y aunque de varias partes, por
            arrojarme á otros males, me han estado persiguiendo y provocándome con
            varios desastres, no he querido desasosegarme para mi defensa; antes con el
            mayor sosiego y tranquilidad, he estado tolerando hasta recibir respuesta de
            la ciudad del Cuzco, para mi gobierno, y ahora con la venida de US., no dudo
            desahogaré este mi pecho, que tanto desea la paz, que es la vida de la Republi-
            ca, y anhelo de nuestro monarca y Señor.

                    No quiero enigmas en lo que pretendo, sino una pura verdad, que esta,
            aunque adelgaza, no quiebra. Dos años hacen ya que el Rey mi Señor, con su
            liberal y soberana mano expidió su real cédula, para que á raiz se quitaran
            estos repartos y borrados los nombres de esos correjidores; y lo que hasta hoy
            se ha estado haciendo, es ir entrampando y continuando su inicua existencia,
            con decir que conforme fuesen acabando sus quinquenios, irian feneciendo;
            y este modo de giro es capa de maldad contra la corona del Rey mi Señor y su
            real mente, por que lo que pretendemos todos los provincianos de todos esta-
            dos, es que en el dia, instante y momento, se borren de nuestras imajinaciones
            esos malditos nombres, y en su lugar se nos constituyan Alcaldes mayores en
            cada provincia, que es preciso que los haya, para que nos administren justicia,
            y que tengan aquella jurisdiccion necesaria y correspondiente á su carácter.
            Por lo que toca á los intereses reales de la tarifa, debo decir á US. que lo co-
            rrespondiente de todo lo que han percibido hasta el dia de la cesacion y hecho
            el ajuste, verá US. que han cojido ya tres y cuatro veces mas de lo que el seña-
            lamiento de cada provincia ordena; pues no hay correjidor ajustado, aunque
            sea de la cuna mas ilustre.




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