Page 670 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
Amaru, se aquarteló desde el dia 12 de Noviembre del año proximo pasado
con su Compañia formada de Yndividuos del Comercio en el Colegio que fue
de los Jesuitas expatriados, donde se mantuvo hasta el dia 22 de Febrero del
corriente, montando la guardia diariamente: y a sus expensas y a las del di-
funto Marido de la Suplicante la uniformaron y socorrieron en la mayor parte
de su numero, con conocimiento de las pocas facultades que tienen los que la
componen, y con acuerdo de que solo de este modo los podian tener reunidos
para qualesquiera Expedición que se ofreciese. Acreditado este acerto el no
haver esta tropa causado medio real de gasto al Soberano en el discurso de
todo el tiempo referido.
La Junta destino a dho Capitan Dn. Simón para que fuese con 284
hombres a reforzar la que partió a Sangarará, quien se puso en camino inme-
diatamente y se acampó en el Pueblo de Sn. Geronimo adonde recibio Orden
para que suspendiese la marcha, lo que executó apostando gente hasta los Al-
tos de Ocororo vigilando por si mismo todos los Puestos a fin de descubrir y
cerciorarse de las intenciones del Rebelde. En este interrmedio quedó el Mari-
do de la Suplicante al cuidado de la tropa de la Compañia de Comercio.
Despachó dos Dependientes de su Casa Europeos con la que se desti-
nó a Sangarará en donde perecieron, habiendo abiado a estos, y a otros varios
que fueron en ella, con quantas Armas de fuego y mulas tenia en su Casa, y
todo lo perdio en esta desgraciada Expedicion.
El 8 de Enero pidió el Capitan Dn Simon licencia por la mañana al Sr.
Comandante General Dn. Gabriel de Aviles para ir a reconocer la situacion
de los Enemigos, y acompañado del Corregidor de la Provincia de Paruro Dn.
Manuel de Castilla, y algunos otros se abanzo tanto que los que se quedaron
atraz a corta distancia creyeron havian muerto los Enemigos a los dos dichos.
A la una de dho dia vino a dar quenta de lo que habia observado en el
campo contrario. A las 4 de la tarde viendo que con repeticion pedian auxilio
del Cerro de Piccho, salio con su Compañia a sostener la accion que estaba
empezada contra el Enemigo, y en el mayor ardor llegó tan oportunamente
que coadyuvo a rechazarlo en ocasión que estaba ya casi sobre nuestra Ar-
tilleria, la que supo defender a costa si de algunas vidas, y muchos heridos,
librando la suya por alta providencia.
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