Page 399 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
que para este fin además de nuestras súplicas y oraciones públicas, debemos
contribuir con nuestras personas e intereses: Que para la manutención de una
tropa considerable, que haga oposición al rebelde, se necesita mucho caudal y
este gasto no puede en el día sufragar en el todo el real haber, por hallarse
bastantemente exhausto; que siendo este caso tan urgente no deben reservar-
se, ni las lámparas, ni vasos sagrados de las iglesias, como que tampoco su
Señoría Ilustrísima reservaba cosa alguna, ni aún la cruz de su pectoral; que
era bien notorio a esta respetable Asamblea los pocos ingresos que había teni-
do su mayordomía de las rentas de la Mitra, desde que se posesionó en esta
capital y los ingentes gastos que tienen que sufrir sus dos únicos ramos de
cuartas y diezmos, que han venido a considerable decadencia, en las limosnas
semanales y mensuales y en otras erogaciones, con protesta que hizo de que
estas expresiones, no las producía con espíritu de propia alabanza y sólo las
hacía patentes para que se hiciera demostrable, que sin embargo, de todo era
su Señoría Ilustrísima el primero en el ejemplo de concurrir con un subsidio,
a fin de que se engrosen nuestras tropas, pues tenía noticia que por despropor-
ción de facultades se despedía la gente, que sin duda hará mucha falta en caso
de venir a las manos con el alzado Cacique, cuya guarnición se asegura para
veinte mil hombres; y en su consecuencia tiene aprontados para pasar al Con-
sejo de Guerra doce mil pesos, por sí, su Catedral, Seminario de San Antonio
y los tres Monasterios de Monjas de Santa Clara, Santa Catalina y Carmelitas
de esta ciudad. Y que el Venerable Dean y Cabildo, Reverendos Prelados y
Curas expusiesen lo que se les ofrecía sobre la materia. Que oído y entendido,
después de dar a su Señoría Ilustrísima las gracias por el celo verdaderamente
singular, que manifestaba a beneficio público, dijeron, que también por su
parte querían concurrir según sus posibles y estado presente; y el Venerable
Dean y Cabildo en su nombre y de los ausentes, expresó aprontaría dos mil
pesos; el Reverendo Padre Provincial Fray Pedro de la Sota, ofreció unos dos
mil pesos por su comunidad; el Padre Prior de Santo Domíngo, mil pesos; El
Padre Prior de San Agustín, dos mil pesos; el Padre Prior de San Juan de Dios,
mil pesos; el Reverendo Padre Prefecto de Betlemítas, dos mil pesos; el Señor
Provisor y Cura de la Parroquia del Hospital de Naturales, trescientos pesos;
El Doctor Don Marcos de Tapia, Cura de Belén, ofreció un tercio de su sínodo
que tiene devengado en reales cajas, que importa seiscientos once pesos y dos-
cientos pesos más, que hacen ambas partidas a ochocientos once pesos; los
tres Curas Rectores de la Catedral a cien pesos cada uno; el Cura de la Parroquia
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