Page 216 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            reconociesen ser criollos, los atraigan y llamen a nuestra bandera, sin hacerles
            perjuicio alguno; porque no vamos a hacer daño a los paisanos, sino tan sólo
            a quitar los abusos de repartimiento y demás pechos y cargas que teníamos, y
            nos amenazaban los corregidores y europeos.
                    Que nuestra Santa Fe se guarde con el mayor acatamiento y veneración,
            la que hemos de llevar adelante, y si posible fuese morir por ella; respetando
            del mismo modo, con toda distinción, a los ministros de Jesucristo, que son
            los señores sacerdotes, para que Dios nos ayude en nuestros cristianos fines.
                    Y en señal de verdaderos  y  buenos cristianos,  cargarán la insignia
            de la Santísima Cruz en sus monteras y sombreros. Todo lo que se guardará
            y cumplirá sin falta en lo menor; y al que contraviniese, se le castigará en
            público cadalso, sin que le valga excusa ni pretexto. Y para que ninguno alegue
            ignorancia, y llegue a noticia de todos, mando que, después de publicado este
            bando, se fije en la puerta de esta mi casa de Tungasuca. Y el que lo quitare,
            tiene pena de la vida.- Dado en dicho pueblo de Tungasuca a 13 de Diciembre
            de 1780.- Doña Micaela Bastidas.

                    Mi Señora Doña Micaela Bastidas.- Muy Señora mía.- Recibí la orden
            vuestra, aclarada por la carta de fecha de once; y en virtud no hallo quién sea
            de nuestra contra, ni sea verdad que los soldados del Cuzco hayan salido a
            la Doctrina de Catca, a hacernos guerra; porque por dar a vuestra merced
            noticia cierta, he indagado por lo posible, y en que he inquirido que es cierto
            que salieron con ánimo de ir a cuidar la hacienda de Don Gabriel Ugarte; y así
            vuestra merced no tenga el menor cuidado; que la mínima noticia contraria,
            no dejaré sin participar a vuestra merced. Y Dios Nuestro Señor guerde a
            vuestra merced muchos años.- Quiquijana, y Diciembre 13 de 1780.-Besa la
            mano de vuestra merced su mayor vasallo.- Simón Oquendo.




            (A.G.I., Audiencia del Cusco, Legajo 32).














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