Page 214 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
alistando soldados Don Pedro Concha, desde Urcos en adelante. La respuesta
de Ocongate no ha llegado, y a la hora que llegase la despacharé.
Por lo que mira a la entradura de este pueblo están cortadas las
entradas, y puestos los centinelas, así de mozos como de indios en ambas
bandas, con todo empeño; así mismo estamos esperando órdenes de Vuestra
Merced para practicarlas con la prontitud acostumbrada. Interín quedamos
rogando a Dios Nuestro Señor guarde la vida de Vuestra Merced por muchos
años.- Quiquijana y Diciembre 13 de 1780.- Besa la mano de Vuestra Merced
su más rendido servidor.- Marcos Reynoso Yáñez.- Juan de Dios de la Borda.
De Catca acaba de llegar un indio con noticia de que está ésta con gente
de guarda en todo el pueblo; sólo se dice que en Guambutio hay doscientos
soldados, no sé con qué fin.
Mi Señora Doña Micaela Bastidas.- Mi muy venerada Señora mía.-
Recibí la carta de Vuestra Merced a las once de la noche, y pasamos a Capana
y a Catcca y a otras estancias como me ordena Vuestra Merced, y mañana
pasará la dicha carta a Marcamarca; y los indios de Capana y Ucungate se
quedan todavía aquí, hasta saber de los soldados de Paucartambo que salieron
17 soldados a prender unos indios, que la mujer de Agustín Villavicencio
ocasionó; así me han dicho todos los de Capana, y pueden salir según están
éstos de Capana muy alborotados.
En orden a los 200 cestos de coca, mañana pasaré a embargar
a Lauramarca; y a Dios, quien me la guarde muchos años.- Capana 13 de
Diciembre de 1780.- De mi Señora su seguro servidor.- Diego Bisa Apasa.
Mi Señora Doña Micaela Bastidas.- Muy Señora mía y de todo mi
respeto.- La orden de Vuestra Merced se ejecutó en ir a Guatua con toda mi
gente ‘y no ha habido ninguna novedad; porque los centinelas no se mueven
de sus lugares, y varios que vienen del Cuzco, todos los días, dicen que los
cuzqueños no piensan salir; ni los de Pilpinto, de Accha ni de Paruro que no
van a salir; a Vuestra Merced van con mil mentiras a molestarla, motivados
del hambre, y por interés de avíos supérfluamente.
Que estando en Guatua con toda mi gente vinieron a pegarme el
petardo de que habían salido los de Pilpinto a Acos, y que estaban peleando; y
nos alborotó y pasamos a auxiliar y no hallamos ninguna moción ni tal pelea;
(encontramos) en silencio a todo Acos; así nos alborotan con mentiras.
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