Page 52 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            de Doña Manuela Túpac Amaro, en la falsa información que dió el año de seis-
            cientos ochenta y tres, y le hubiera yo contradicho la provisión superior de fue-
            ro y privilegios, que subrepticiamente obtuvo el año de mil setecientos sesenta y
            cinco, confirmatoria de la que con la misma obrepción y subrepción, logró Doña
            Manuela, su madre, el año de seiscientos noventa y uno, fundados en unos falsos
            instrumentos, que se hicieron pasar por verdaderos.
                    Los autos están ya en cuatro cuadernos abultados que componen más de
            quinientas fojas que no le parecerán muchas al que viere que en ellos se ponen tes-
            timonios hasta de las historias impresas, y a los que vieren los escritos de Don Vi-
            cente José García, que después de las impertinencias que comprenden, necesitan
            de mucho papel y de mucha tinta para sólo estampar su firma. Pero sus mismos
            efugios, sus mismas incubaciones y sus mismos artificios han de hacer en mucha
            parte mi defensa, y han de manifestar la debilidad y aún la desesperación de sus
            derechos, por la nimia diligencia con que se ha procurado probar lo que no se
            duda, dejando en descubierto el punto principal que se le niega.
                    Yo pudiera, conforme a la Doctrina de los autores y a las expresas reales
            decisiones, redargüir de falsos los instrumentos contrarios, para que como asunto
            previo y prejudicial se procediese criminalmente hasta su punición y su escar-
            miento, sobreseyéndose en la causa civil; pero porque ésta está ya adelantada, y
            pudiera atribuirse a debilidad de mis acciones, omito este recurso. De otra suerte
            probada, probada previamente esa falsedad, se acababan los instrumentos y los
            principios, de que la parte contraria deduce esa figurada descendencia de Don
            Felipe Túpac Amaro y por consiguiente la disputa que sobre ella se versa, sería
            inoficiosa e inútil; pero la sabia integridad de Vuestra Alteza, que tanto cela el
            cumplimiento de las leyes, las hará efectivas en la punición de las falsedades que
            contienen dichos instrumentos, como lo protesto demostrar.
                    Siguiendo el orden de este alegato, fundaré con documentos de indubita-
            da fe, por su antigüedad y circunstancias, que soy descendiente, por sucesión en
            sucesión, de Don Felipe Túpac Amaro, Inca; y fundaré que no lo es ni lo puede ser
            dicho Don Diego Betancur por la falsedad de sus instrumentos y por las incon-
            testables razones, que de ellos mismos se deducen incompatibles con su misma
            materia y con sus mismas intenciones, que son las dos partes en que se divide este
            alegato.
                    En cuanto a la primera encontrará Vuestra Alteza probada mi descenden-
            cia y entroncamiento con el citado Don Felipe Túpac Amaro, Inca, último Señor
            de estos Reinos. Por el instrumento que corre testimoniado a fojas una, cuaderno



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