Page 53 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
cuarto, consta que Francisco de Vilela, Protector de los naturales de la ciudad del
Cuzco, se presentó ante aquel Corregidor Don Pedro de Córdova y Mejía del Or-
den de Santiago, en nombre de la Coya Doña Juana Pilcohuaco, mujer legítima
de Don Diego Felipe Condorcanqui, pidiendo se le recibiese información de ser
dicha Coya Doña Juana, hija natural del Inca último Don Felipe Túpac Amaro,
nieta de Manco, Inca, y bisnieta de Huayna Cápac, Señores que fueron de estos
Reinos; y por consiguiente, prima hermana de Doña Beatriz Clara, Coya, y prima
segunda de Doña María de Loyola y de Don Melchor Carlos.
Expresa que por haber hecho degollar a dicho Don Felipe, el Excelentísi-
mo Señor Don Francisco de Toledo, había quedado dicha Doña Juana Pilcohuaco
en casa de Doña Teresa de Ordóñez, por orden de dicho Señor Excelentísimo; que
había quedado muy niña y pobre, por no habérsele dejado cosa alguna a dicho
Don Felipe, su padre, cuando le prendieron; y que habiendo ocurrido al Excelen-
tísimo Señor Marqués de Cañete, sobre que le diese una limosna para ayuda de
tomar estado, o le hiciese merced de cincuenta fanegadas de las tierras que fueron
del Inca, en los contornos del Cuzco, se mandó por decreto de diez y nueve de Oc-
tubre de mil quinientos noventa y dos, que diese información de ser hija legítima
o natural del citado Inca Don Felipe Túpac Amaro; y que estando ya casada con
Don Diego Felipe Condorcanque, con cinco hijos, tenía necesidad de dar dicha
información, para lo que presenta interrogatorio con inserción del árbol geneoló-
gico de los Incas sus ascendientes.
Mandósele recibir dicha información por el citado Corregidor el año de
mil seiscientos nueve, la que dió con doce testigos, todos de vista, conocimiento y
ciencia cierta, según parece de dicha información, que corre de fojas siete vuelta,
cuaderno cuarto, examinados al tenor del interrogatorio que corre de fojas dos
vuelta. En ellos reconocerá Vuestra Alteza la certidumbre conteste con que proce-
den. Todos son testigos de excepción, españoles, caciques y principales, descen-
dientes de los mismos Incas, que para el caso son más fidedignos; porque como
interesados tuvieron más inmediato motivo para averiguar la sucesión de aquel
tronco y de aquella Real familia de que ellos descendían; y nadie ignora cuán ce-
losos son estos descendientes en no permitir que otro alguno se introduzca en su
ilustre prosapia, a menos que a ellos les conste de ciencia cierta, o de segura tradi-
ción la descendencia de aquella estirpe, que es el estímulo que a mí me impele hoy
a contradecir la que Don Diego Felipe Betancur falsamente se atribuye.
Todos los testigos de esta información, principalmente a la segunda, terce-
ra y cuarta pregunta, firman que Doña Juana Pilcohuaco fué hija natural de Don
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