Page 436 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            partido las gentes de sus territorios y demás excesos con que aspira conmover
            el ánimo universal para engrosar sus fuerzas y con ellas abatir el Estandarte de
            Jesucristo y el Real Pabellón de nuestro Católico Monarca el señor don Carlos
            Tercero de cuyos proyectos ha dado las más evidentes pruebas, con la de que
            hoy se halla con un ejército de más de seis mil hombres acampados en la cer-
            canía del pueblo de Tongasuca llevando la mira de avanzar a esta Ciudad. En
            estas circunstancias tuve a bien formar una Junta de Guerra para que con la
            uniformidad de votos se diesen las más oportunas providencias para destruir
            los proyectos del rebelde, aprehender su persona, conservar la religión, los
            dominios del Rey y la causa pública.— Para el logro de tan sagrados objetos
            no he perdonado oficio, ni diligencia y en los mismos términos ha procedido
            la Junta de Guerra haciéndose emular los unos de otros, no sólo con algunos
            caudales propios que generosamente sacrifican con mucho gloria suya, para
            los gastos que se impenden en la defensa de la Patria y demás dominación sino
            que también a ejemplo mío y por el mismo honor que todos respiran, exponer
            sus vidas sin ningún temor y con mucho gusto a todos los riesgos que se pre-
            senten.
                    Con el mismo ardor está procediendo el Ilustrísimo señor Obispo de
            esta Diócesis cuya célebre autoridad inflama nuestros corazones en todas sus
            providencias las más sabias las más santas y las más santas y las mas prudente
            ayudando a nuetra defensa, no solo con sus elesiásticos, sino tambien con un
            donativo más allá de lo que alcanzan sus fuerzas, conmoviendo también el
            ánimo de los señores eclesiásticos y prelados y preladas de las religiones de
            esta Ciudad a cuyas pastorales amonestaciones se debe el auxilio de veinte y
            tantos mil pesos que exhiben a los pies del Rey para la conservación de sus Do-
            minios. Por todo lo cual y atendiendo aquellas máximas del rebelde pueden
            retardarnos el vencimiento que se medita respecto de los refuerzos que con
            alguna lentitud va recibiendo esta Ciudad de las Provincias inmediatas, sin
            embargo de haber sido los primeros los señores Corregidores de Urubamba,
            Calca, Paruro, Paucartambo y Abancay y hallarse el de Andahuaylas en sus in-
            mediaciones; pero como le esperan otros según las representaciones hechas al
            Ecelentísimo señor Virrey por el evidente riesgo en que nos hallamos, y a que
            estos pueden retardarse algo más de lo que discurrimos para con ellos batir al
            enemigo en sus trincheras y con el vencimiento dejar aquel y demás territorios
            en obediencia, ya que los caudales necesitan orden, para su distribución.— He
            tenido a bien en virtud de mi empleo, como Teniente de Capitán general y Go-



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