Page 200 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Antecedentes
servía de Aduana, con el cual daban a conocer lo inflamados que se hallaban
los animos populares; y aunque a vista de ello dicho Corregidor y su Cabildo,
con concurso de los principales ciudadanos, enviaron unos diputados al tal
Administrador previniendole, en términos habiles y decentes, morigerase los
Estatutos que se le habia notado, y suspendiese el cobrar derechos de los man-
tenimientos (cuyos efectos ignoro, como la impresion que esto hubiese hecho
en el animo del Administrador); y lo que posteriormente sucedio fue, que la
noche del siguiente dia 14, se junto un muy numeroso concurso de gentes, ig-
noradas, quienes asaltando la casa de la Aduana (que es de calicanto y bóvedas
de lo mismo) la saquearon, llevandose cosa de tres mil pesos que en ella habia
y otros muebles, quemando al mismo tiempo sus papeles, e hiriendo con ins-
trumento cortante al Oficial Mayor Don Pedro Torre (que queda en estrechos
de muerte) y si éste, el Administrador, y los demas que asistian en aquella casa,
no hubieran logrado la felicidad de poder salvar por sus paredes hasta parar
en la casa del Chantre Don Antonio Ventura Valcarcel, hubieran sido sin duda
alguna victima sangrienta del despecho de aquella gente despechada.
El Corregidor Don Baltasar (Sematnat) ocurrio la mañana del siguien-
te dia 15 a reparar, cual le fue dable lo sucedido, fijando al mismo tiempo dis-
tintos carteles en varios lugares, encaminados todos al designio de pacificar
las gentes, de sosegar sus irritados animos; y de prometerles que tendrian fin
aquellos nuevos derechos que en la Aduana se hubiesen introducido, con el
aditamento de que ésta quedaba ya suspensa; y asi mismo el que el haberse
prevenido a los Curas del distrito de dicho Corregimiento de Arequipa, el que
de orden del Señor Visitador diesen razón de los sujetos zambaigos y cholos
que en sus territorios habian, era sólo para el fin de que se supiese los vasallos
leales que tenia la Real Persona en dicha Provincia; mas no para imponerles
otro gravamen. Lo que desde luego fue en el Corregidor una resolucion muy
acertada, .y conducente a la pacificacion de las tales gentes tumultuarias, res-
pecto de que les es a éstas muy sensible el que se les quiera sujetar a la satisfac-
cion de tributos, que jamas han contribuído los zambaigos, y cholos.
Mas nada de esto fue bastante para aplacar los espiritus inquietos tu-
multuados, pues la noche de aquel dia 15 procedieron éstos con insolente des-
pecho a asaltar la casa del Corregidor Don Baltasar de Sematnat, quebran-
tando con terrible violencia sus puertas, destrozando cuanto encontraron, y
llevandose sus muebles existentes en ella, igualmente cierta porción de fusiles
que habia. Y si hubiesen hallado al mismo Corregidor y a sus familiares los
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