Page 204 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Antecedentes
en la Aduana, y vuelta a cargar de todos los Aguardientes y demas cosas que
venian de los Valles: agregandose a esto el precepto de que no habian de entrar
al patio de la Aduana con espuelas, y sombreros.
Los rumores de la Pleve de la Ciudad, y gente de las Chacras iban to-
mando cuerpo. El Corregidor receloso de algun movimiento no cesaba de pa-
sar oficios al Administrador para qe. se moderase, y procediese con equidad,
y no hiciese novedad en el manejo qe. tenian los Oficls. Reales hasta que las
cosas se cerenasen. El dicho Pando, y torre de nada hacian juicio governando-
se en todo con raro despotismo; y al ultimo oficio que les pasó el Corregidor
lleno de atencion, y urbanidad, respondieron con desverguenza y altaneria,
diciendo entre otras muchas cosas: Que habian venido a aumentar la Real
Hacienda en virtud de las Ordenes que tenian para ello, y que sacrificarian su
vida para conseguirlo; y zumbandose del Correg° en el mismo dia dixo Pando
a los Alcaldes Ordinarios estas formales palabras: El Corregidor está lleno de
miedo queriendo hacerme creer un tumulto, y a mi ver mas parece Monja visio-
naria, que Militar.
Así iban corriendo las cosas quando en la noche del dia Jueves trece,
acometio una porcion de gente á la Aduana, y se quedó en amago, por quanto
parece que fueron solo con el fin y animo de explorar. Confirmase este juicio
en la noche siguiente que estando cerciorados los Amotinados del descuido
que habian notado en los de la Aduana (porque creyeron estos demasiado
confiados que no pasaría adelante tan deprabado intento), acometieron en
numero de doscientos hombres con resolución firme de matar á Pando, y a
los demas dependientes, lo que no pudo verificarse a causa de que el primero
huyó por las paredes detras de su Casa, como gato espantado por la mala vi-
sión de los que venian a hacerle frayle con la mortaja, permitiendo Dios que
se confirmase en su persona el mal concepto que formé del Corregidor. Los
otros, y entre ellos Torre se detubieron un poco haciendo fuego; pero viendo
que quebrantaban las puertas, le movió al mismo Torre la curiosidad de ver
quienes practicaban esta execucion, y al sacar la cabeza por una ventana, le
dieron un rejonazo en la cabeza que milagrosamente no perdio alli la vida, y
pudo escapar arrastrado de los que lo acompañaban.
Rotas del todo las puertas, entró la chusma de tropel, y quemando
algunos papeles, robaron dos mil, treinta y dos pesos que habia en Arcas, y
dexaron todo lo que consideraron ser cargas, retenidas por derechos. De aqui
salieron a mas de media noche del dicho dia catorce, y fueron discurriendo
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