Page 147 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            del corregidor, como que verdaderamente se consiguieron los justos deseos á que as-
            piraban nuestras miserias, y libertar al pobre encarcelado de Catari, de los tormentos
            que injustamente padecia el desvalido.
                    Preguntaráme, como es justo, V. M., por el orígen de estos movimientos y su
            principio, lo que satisfaré: porque el corregidor está coligado con algunos Ministros
            de la Real Audiencia, D. Pedro Cernadas, y el Fiscal Pino, y todo se dirige únicamen-
            te á oscurecer la verdad, y que los indios inocentes queden indefensos y sepultada su
            justicia, y el corregidor con sus delitos triunfantes. Porque el corregidor, paniaguado
            con los Ministros de V. M., solo se ocupa en averiguar quien favorece á D. Tomas
            Catari y su comunidad, quien les hacia sus escritos, quien les escribia, quien les in-
            fluia para los movimientos del Valle y Pocoata, cuando lo que se debia averiguar, era,
            si los indios pedian justicia: y el corregidor tenia delito. Pero bien se conoce que el
            intento ha sido acabar con la inocencia de los indios, é intimidar y oprimir á todas
            las gentes, para que no haya quien proteja la justicia que ellos tienen. Porque el co-
            rregidor con su negra avaricia quiere aparentar y disimular su crecido reparto, con
            la particular circunstancia que colige nuestra miseria. Es posible, Gran Señor, pode-
            rosísimo Rey de las grandiosas Españas y miserables indios, que V. M. C. permita
            que un individuo particular desde su primer principio venga á beber la sangre de sus
            pobres tributarios indios, humildes é indefensos, y que el corregidor, mediante sus
            arbitrios y cavilaciones quiera oprimir nuestra justicia, irrogándosenos los agravios
            que echare de ver la elevada penetracion de V.  M. Dígalo el Dr. D. Marcos Ceballos,
            presbítero, que ha sido perseguido y preso por solo haberse opuesto á los Ministros
            de V. M. Dígalo el Dr. D. Juan Bautista Ormachea que ha estado preso por la misma
            injusta sospecha, y que estos me habian fomentado. ¡Dígalo Da. Maria Esperanza
            Camposano, criada de nuestro actual cura, que la prendieron en la cárcel pública, y
            con las amenazas de los Ministros de V. M. casi perdió su vida, sin otro motivo que
            imputarle falsamente, que por ser criada fué comprendida ó coligada con los indios,
            sin atender á que se hallaba embarazada, y que casi mal-parió! ¡V. M. C. permite que
            asi se atropellen á sus hijos! ¡Dígalo nuestro actual cura, D. Gregorio José de Merlos,
            á quien se le está formando causa siniestra de obligacion, únicamente por habernos
            amparado, por hacer este corto servicio á V. M., y porque tuvieron licencia especial
            de Dios, para darnos á entender y reducirnos á la mayor paz y tranquilidad! En esta
            segura inteligencia nos hemos movido á pedir el perdon general de nuestros pasa-
            dos desaciertos: y como los motivos han sido muchos, y el principal hacer ver que
            los indios no se han levantado, porque los indios han estado prontos, y están á servir
            á Dios y á V. M., reconozca por los efectos que somos sus mas fieles hijos y vasallos.



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