Page 142 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Antecedentes
aquietarse con tal que los refugiados en la Yglesia soltasen las amas, lo que se execu-
to recibiendolas en si dh° Parroco a presencia de quatro principales de los Yndios;
pero toda aquella noche anduvieron con algazara y ruido de bocinas.
El 27 a las cinco de la mañana salieron de la Yglesia los Oficiales y soldados
a quienes uno por uno registraron los Yndios, quitandoles si algo tenian y todos a pie
caminaron para el Asiento de Aullagas.
Los malos tratamientos que tuvo que sufrir el Corregidor Alas en su prision
se dexan inferir por la crueldad y barbarie de esta gente: y desde luego le hubieran
destrozado a no haberles ofrecido el Dr. Dn. Miguel Arzadura Cura de Challapata de
la Provincia confinante de Paria que les traeria al preso Tomas Catari como dexasen
libre al Corregidor. Convinieron en ello, y haviendo ocurrido a la Real Audiencia de
Chuquisaca, y negociada la soltura del Yndio, fue conducido por el Cura del mismo
Pueblo de Macha Dr. Merlo, y sacaron de la prision al Corregidor, quien inmediata-
mente caminó para Chuquisaca por senderos extraviados y con aceleracion, lo que
le valió para no haber sido nuevamente arrestado, porque fueron en su alcance mas
de quinientos Yndios hasta las inmediaciones de la Plata para quitarle la vida.
Al tiempo en que Alas estaba preso pasaron los Yndios pocoatas y Machas
al Pueblo de Moscari, y prendieron al Casique y Gobernador de él Dn. Florencio
Lupas y lo condujeron 30 leguas a pie hasta Pocoata, donde le azotaron con varas
espinosas en las quatro Esquinas de la Plaza, y despues lo tajeron a Macha donde por
orden de Tomas Catari le cortaron la caveza el dia 7 de Septiembre de 1780 la qual
y el corazon amanecieron el dia 10 de dh° mes clavados en la Cruz de Quilpiñera-
ca extramuros de la Ciudad de la Plata, cuya Audiencia y Vecindario sobresaltados
con este funesto espectaculo trataron de armar las Milicias: y el 11 se aprestaron 22
Compañias quedando cinco de ellas aquarteladas en la Real Universidad.
La soltura que se concedió a Tomas Catari dio merito a mayores insultos,
pues llevando adelante sus designios, fue haciéndose de mas gente y armas, conci-
tando a los Caciques de las Provincias inmediatas, para acabar con todos los Espa-
ñoles. Los que estaban en el Pueblo de San Pedro de Buenavista fueron asaltados por
un trozo de mas de tres mil Yndios y se refugiaron en la Iglesia. El Cura Don Ysidro
de Herrera procuró apaciguarlos, pero no pudo evitar el golpe de una piedra que le
rompio un brazo. Los pueblos de Sacaca, Acacia, y Toracari fueron igualmente inva-
didos: y como los Amotinados no encuentran resistencia, entran a saco en las Casas,
y Haciendas que desamparan los Españoles por libertar la vida, conduciendose a las
Ciudades inmediatas en las que no se contemplan seguros.
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