Page 59 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
lo que quedan inválidas las leyes y truncadas las disposiciones del derecho,
siendo generalmente la proposicion de decir que primero son sus intereses.
40. El agravio que en general se sigue de ser jueces en sus propias cau-
sas para cobrar sus mismas deudas, se deja conocer por uno de los mayores
males, pues no teniendo, el agraviado en la ejecucion á quien ocurrir con su
queja cuando experimenta la ofensa, ó la de tolerar sufrirlo, o desahogarse de
ella con el clamor al cielo; y de que ha resultado que no siendo fácil el recurso
á los superiores tribunales de Lima por la distancia, falta de instruccion y
medios, buscan por asilo los montes y las quebradas, desamparando sus casas,
y lo que es más doloroso, la religion, entrándose á la habitacion de los infieles,
como lo comprueban algunos sucesos que han sido notorios, como lo es el
que arrastrados por tal miseria por los caminos, trabajando en los pueblos por
conducirse de uno en otro hasta llegar á aquella capital, hayan sido muertos
en los tránsitos por las tercianas que en ellos contraen, ó en dicha ciudad, y el
que más seguro se ve, en una rigurosa persecucion por la ninguna justicia en
los comisionados, sobornados por los corregidores.
41. Para el trajin de los repartimientos ocupan los corregidores mu-
chos indios, así en la contínua distribucion de propios y correos de unos pue-
blos á otros, como en los ejercicios de mensajes y carretas, y áun en los pecu-
liares caseros de pongos y pastores, todo sin retribucion alguna, contra lo que
está declarado en las ordenanzas, que prohiben el servicio sin la paga, y contra
las mismas instrucciones que por V. M. se libran para la observancia y órden
con que han de servirse los oficios, pues siendo sus primeras cláusulas que no
pidan ni graven con bastimentos ni bagajes á los indios, han establecido pen-
sionarles en uno y otro, forzándoles á que de balde les provean sus despensas,
en que no se exceptúan ni las viudas, sobre que los caciques, alcaldes y regi-
dores, hacen graves perjuicios, precisándolos de la que llaman mita de buenos
alimentos, y no teniendo de donde sacar los miserables, se ven precisados á
abandonar sus casas, porque los más de los años están por necesidad obliga-
dos á comer hierbas silvestres, cuando produce el campo, y las raíces que se
crian en las lagunas, donde las hay, y que los indios den las cabalgaduras que
les piden con título de avíos para sí y sus familiares, obligándoles que lleven
sus cargas de unos pueblos á otros, sin pagarles, y que guarden sus mulas,
pasteando y manteniendo de alfalfa y cebada en grano, y demas anexo á su
alimento, opuesto todo á los Reales encargos de la instruccion.
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