Page 8 - Rumbo al Bicentenario - JUlio 2021
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solo trago. Los noticieros matuti-
                                                                               nos actúan con un sadismo cal-
                                                                               culado. Es como ponerse en la
                                                                               retina de esos profesores de es-
                                                                               cuelas públicas y día a día con-
                                                                               templar y ver crecer a esos chi-
                                                                               cos que son una réplica de esa
                                                                               esfera pública mordaz y cínica.
                                                                               Asusta imaginar a los héroes que
                                                                               habitan sus memorias cotidianas.
                                                                               ¿Qué será de este precoz fas-
                                                                               cismo juvenil a la vuelta de unos
                                                                               años? Causa pavor y desasosie-
                       Fuente gráfica: acuarela de Roger Oncoy
                                                                               go seguir su trayectoria previsi-
                                                                               ble. La historia no garantiza nada
                                                                               ni se casa con nadie.
          Uno puede tomar cualquier ele-    que varios émulos de Sánchez       De vez en vez, los reflectores se
          mento de la trayectoria republi-  Cerro aguardan a la sombra y,      solazan con las desgracias ha-
          cana y concluir con la circulari-  con ello, la formalización del fas-  bituales para volver a invocar al
          dad del fenómeno convertido en  cismo social ya en curso.            coro de la fatalidad y la necesaria
          experiencia. Las mismas frases,                                      reconciliación que la Nación exi-
          los mismos símbolos, las mis-     El método y las cronologías pue-   ge a una ciudadanía domestica-
          mas caretas que invocan a una     den conducir a extravíos, sin em-  da. Una galería de desastres in-
          permanente reiniciación repu-     bargo, ordenan el discurso. A lo   tenta recordar, de vez en vez, que
          blicana desde las alturas. Como   menos se intenta ensayar una       este es un país más grande que
          si dijéramos que los virreyes se   pedagogía política. Desde la caí-  sus tragedias: el ritual anual de la
          vistieron con atuendos incas y    da de la última dictadura hasta    helada en el sur y centro andino
          estos luego se arroparon con los   el actual régimen, el saldo entre   más pobre, el fenómeno del Niño
          brocados republicanos para, fi-   los gobernantes y gobernados es    y sus secuelas, o los previsibles
          nalmente, ofrecer un espectáculo   ominoso para los contribuyentes,   desastres naturales en la costa y,
          cerrado. Como la Utopía andina y   para esas mayorías que sostie-    en el entreacto, el frenesí de una
          la Idea crítica. Esa celda mental   nen el presupuesto público, para   burguesía lumpen. Cada desgra-
          que oprime la autonomía. Como     esa Nación esquiva en cuyo nom-    cia es un frotarse de manos por
          ofrecer un compacto ideológico    bre se legitima cada cinco años    las pitanzas de sus negociados
          de fatalidad histórica que se hace   un ritual que apenas lograr crear   con un Estado gótico. Mientras
          omnipresente ante la perplejidad   un precario consenso activo.      la corrupción campea y  el roba,
          de sus protagonistas. Una me-     Las relaciones entre ética y polí-  pero hace obra, ya se hizo sen-
          moria histórica edificada elástica-  tica hace rato que se han hecho  tido común, los entuertos entre la
     8    mente y convenientemente admi-    trizas con el consenso de las ma-  elite capitalista y los administra-
          nistrada durante las coyunturas
                                            yorías y la gritería de sus barras  dores gubernamentales de turno
      Comisión Bicentenario del Congreso  Fue así como A. Toledo barnizó   dad, toda una jauría que clama   Da la impresión de que todas, to-
          de tránsito electoral negociado.
                                            bravas en el parlamento, en ver-
                                                                               se siguen frotando las manos.
          diferencias y parches de coyun-
                                            desde el precipicio. Son los ex-
                                                                               das las formas de impugnación
          tura para cambiar todo a fin de
                                            pertos en imaginar titulares para
                                                                               al actual ordenamiento social en
          que todo permanezca igual. El
                                            saciar a una plebe urbana díscola
                                                                               curso están a la orden del día.
          precipicio social posee múltiples
                                            y estragada. Aturdida por la opre-
                                                                               Desde los aparatos políticos, el
          representaciones. Andando  el
                                            sión cotidiana. Por esa mezcla
                                                                               lumpen y crimen organizado, las
          tiempo suele prolongarse en sus
                                            explosiva de fatalidad que todas
                                                                               instituciones públicas y privadas,
          realizaciones, pues nadie ignora
                                            las mañanas deben sorber de un
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