Page 13 - Rumbo al Bicentenario - JUlio 2021
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de sus charreteras, encarama-
          dos en pedestales de mármol y
          bronce bruñido. A una ciudadanía
          pre moderna le importaban muy
          poco los ideales que animaron a
          los señores de la guerra. Pero no
          hay duda de que los regímenes
          de Manuel Pardo y de  Augusto
          B. Leguía son hitos republicanos
          que marcaron el posterior devenir                                   Fuente gráfica: acuarela de Roger Oncoy
          de una Republica impaciente.

          A Leguía le sobrevino un perio-
          do de oprobio y de una guerra                                             1971.
          civil sobre la que se conoce muy          El sesquicentenario de
          poco. ¿De qué otro modo se po-
          dría explicar el ascenso del apris-                             Revolución o República
          mo como partido de masas sino
          es después del exterminio de sus
          cuadros más lúcidos en Chan       El Sesquicentenario de la Inde-    dominados y explotados, en el
          Chan y  el precio en  vidas que   pendencia halló en el poder y el  campo y las ciudades.
          tuvo que pagar el partido del pue-  control del Estado al así auto-  Expropiaciones de importantes
          blo  a  manos  de  Sánchez  Cerro,   nombrado Gobierno Revolucio-    centros de producción y acumula-
                                            nario de las Fuerzas Armadas. La
          Benavides y Odría?                                                   ción de la renta agraria, naciona-
                                            cercanía de tal experiencia pue-
          El aprismo es el único partido  de nublar cualquier modalidad de     lizaciones de sectores claves de
          que puede ufanarse con orgullo  reflexión o de balance, pero eso     la economía, como la puesta en
          de esa larga galería de próceres  mismo es una seña de la potente    vigencia de una atrevida agen-
          y mártires civiles que intentaron  huella histórica que dejó el velas-  da de reforma social, no dejó de
          revolucionar el país desde las  quismo. Medio siglo es poco para     entusiasmar incluso a los que
          demandas populares. Y lo hicie-   olvidar fenómenos sociales trau-   sostenían posiciones radicales.
          ron por encima de una dirección  máticos, peor aún, si se atentó     El velasquismo puso en jaque a
          que parpadeó y que, en más de  contra las gollerías de una clase     personalidades lúcidas del apris-
          una oportunidad, desautorizó  propietaria parasitaria. Cegada        mo y del movimiento comunis-
          y traicionó el ideal revoluciona-  en su convencimiento de expolia-  ta peruano. Muchos de ellos se
          rio que latía entre sus cuadros.  ción y exterminio de las mayorías   comprometieron con el régimen.
          El antiaprismo de la izquierda y  nacionales.                        Previamente a que los militares
          de  ciertos  círculos  académicos                                    tomaran el poder, en el amplio
          conservadores es sencillamen-     Beneficiarios  y  agraviados  con-  campo de la izquierda, los movi-
          te ahistórico. Hace parte de ese   vienen en admitir que la primera   mientos de masas y el sindicalis-  13
          autismo intelectual pueblerino. Si   fase del régimen militar implicó   mo, sobrevino una fragmentación
          el civilismo fue el actor político   profundos cambios en la estruc-  ideológica  que  todavía  aguarda
          dominante  durante  la  Repúbli-  tura de la sociedad, el Estado     por  explicaciones  objetivas  de
          ca Aristocrática, y entre Pardo y   y las sensibilidades culturales.   sentido histórico. Entonces, to-
          Leguía, el aprismo fue lo mismo   Desde el inicio se sucedieron una   das las formas de organización
          pero en nuevos escenarios y du-   serie de medidas y acciones que    y aparatos políticos de izquierda   Comisión Bicentenario del Congreso
          rante el proceso político que dis-  pusieron  en  vilo  a las  diferentes   contemplaban a la lucha armada
          curre entre Benavides y contex-   facciones de las clases propie-    como una vía legítima y necesa-
          tos contemporáneos.               tarias.  Como  también  generaron   ria. Heraud, Blanco, Béjar, Loba-
                                            una expectativa sin precedentes
                                            entre las mayorías sociales. Los   tón, Chan, De La Puente y sus
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