Page 7 - Rumbo al Bicentenario - JUlio 2021
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Pensar la                                         l proceso de la independencia en el país no ha





 República                                    Enos sobre el Bicentenario? La pregunta no es
                                                   concluido. ¿Qué piensan y sienten los perua-


                                               ingenua. En primer lugar, porque la peruanidad es
                                               una  categoría  abstracta e  imprecisa.  Habría que
                                               precisar a qué tipo de peruanos se hace referencia,
                                               si a los ricos o los pobres, a los andinos o coste-
                                               ños, o a la multitud de comunidades rurales andi-
                                               nas y amazónicas que claman justamente por esa
                                               peruanidad que les es esquiva. Para estos últimos,
 B  desde el  1                                la peruanidad se presenta como derechos negados
                                               que significan objetos tangibles: escuelas, hospita-
                                               les, viviendas, vías de comunicación. Claman por
 icentenario
                                               el Estado. Sus pares de la Costa y los Andes po-
                                               seen otras percepciones sobre el Estado y los go-
                                               biernos. En medio de este aquelarre de coyuntura,
                                               cada quien elabora, al paso, su discurso sobre la
                                               peruanidad y el Bicentenario.

                                               Interesa pensar en voz alta y asumir un pensamien-
                                               to crítico sobre el Bicentenario ya convertido en fe-
                                               tiche. Una mercancía. Un horizonte temporal que
                                               se asume como el final de realizaciones colectivas.
                                               La invocación a una comunidad inexistente es un
                                               espejismo. Es como sumar antagonismos irrecon-
                                               ciliables y armonizar expectativas comunes.

                                               A doscientos años de haberse fundado la Repú-
 Los días de esta sociedad están contados;     blica, el Perú es un país escindido, incapaz de ra-
  sus razones y sus méritos                    cionalizar el último Conflicto Armado Interno cuyas
 han sido pesados y hallados ligeros;          cenizas aún humean. El antagonismo, la intoleran-
  sus habitantes se han dividido en dos bandos,  cia y el encono entre grupos, clases y etnias en-
                                               frentadas, están a la orden del día. Basta un breve
  uno de los cuales quiere que desaparezca.    inventario de las declaraciones y el vocabulario de
                                               la clase política para concluir que cualquier forma
                                               de consenso es una herejía, para no mencionar los
 Guy Debord.
 La sociedad del espectáculo. 1967             niveles de corrupción ya hecho costra. Actores in-
                                               dividuales y colectivos encallecidos por la trafa: el
                                               arte de delinquir se ha hecho sentido común entre
                                               todos los grupos sociales.

                                               Si se repara en que el diario más leído en Lima                    7 7
                                               es Trome y uno revisa su contenido, bien se pue-
                                               de descifrar y hacer visible parte de la bestia con
                                               la que se convive. Como preguntarse cómo así fue
                                               instalado este nuevo sentido común entre esas ma-
                                               yorías llamadas a impugnar y sancionar en las ur-
                                               nas toda la suma de perfidias republicanas. Como                   Comisión Bicentenario del Congreso
                                               si una década de guerra interna no hubiese sido
                                               suficiente para cauterizar el racismo, el oprobio y
                                               desprecio con los que se miran los de arriba y los
                                               de abajo. O la desvergüenza burocrática. El robo y
                                               la injuria.
                                                                                                                  Comisión Bicentenario del Congreso
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