Page 19 - Rumbo al Bicentenario. Año 2, Nº 9
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ha dicho sobre este aspecto se ha vinculado a la rebelión de Juan Santos Atahualpa (ver Glave 2009,
para un estado de la cuestión) y el proceso de conversión establecido desde el Convento de Ocopa (cfr.
Jones 2018). Por ello, se las ha tendido a pensar como regiones separadas. No obstante, el paradigma
de región igual a límite geográfico está muy discutido y cuestionado en la historiografía. De esta
manera, antes que fronterizo, los limites son sobre todo culturales. Esto es lo que se puede proponer
pasaba con estas haciendas. Bajo este este criterio, podrían ser consideradas como de la región del
valle de Jauja.
2. La zona de frontera entre la sierra y la selva central
El concepto de frontera alude, en este caso, a un espacio de integración entre los Andes y la Amazonía,
una faja de transición (Barclay 2001: 493, 494). Evidentemente, no todas las regiones de frontera son las
mismas y cada espacio tiene sus distintas particularidades. La que ahora analizaremos actualmente
comprende buena parte del departamento de Junín en las provincias de Chanchamayo y Satipo, además
de la parte de selva de las provincias de Tarma, Jauja, Concepción y Huancayo. Es decir, en realidad la
mayor parte de este departamento es selva y casi todas las provincias que lo conforman tiene una
importante parte de selva como parte de su jurisdicción política.
Este hecho fue reconocido en la época colonial. Al menos en alguno de los mapas coloniales existentes
en el Archivo General de Indias (AGI), en la representación que se hace de la zona en general, se pone
significativamente en primera instancia la figura de un nativo selvático (ver mapa nº 1). Vale decir, en el
imaginario de este momento la zona de frontera estaba integrada a la región como parte de un solo
conjunto. Algunas de las descripciones de la sierra central de la colonia lo confirman. Una anónima
“Descripción de todos los pueblos del virreinato del Perú”, de la primera mitad del siglo XVIII, señalaba:
“Esta Provincia es fertilísima en toda cosecha especialmente en la de trigo; su comercio crecido por el
que tiene con la tierra de arriba es colindante por la parte que goza de Montaña, con los Yndios bravos
[…].” (AGI, Indiferente General 1528, Nº 46, fol. 58 v.). En un “Yndice i Descripcion del partido de Jauxa”
de 1785, se indica que los frutos de la montaña eran “[…] azúcar muy particular, mieles, alfeñiques […] Las haciendas de caña ver al en la selv a de Jauja y su articulación ec onómica en una región de fr onter a, siglo XVIII
frutas, chirimoyas, piñas, platanos, papayas, yucas, camotes, sapallos” (AGI, Sección Mapas y Planos de
Perú y Chile, MP, 86 [1785]).
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Índice y descripción de Jauja en 1785. Fuente: AGI, Sección Mapas y Planos de Perú y Chile, MP, 86 [1785], “Yndice i Descripcion del
partido de Jauxa”.