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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
            substraerse de el tiránico imperio de la Philosofia Aristotélica, no contemplo
            justo contribuir a este gran Philosofo toda la culpa de la sophisteria y frivo-
            lidad, qe. se introdujeron en las escuelas, siendo mas probable, qe. estas se
            nos comunicaron pr. los comentarios Arabes y principalmente por Averroes,
            que gustó con predilección de las subtilezas vanas y pueriles, las que fueron
            tomando subcesivamente incrementos, hasta el extremo de formar en el siglo
            14° las extravagantes contiendas de los Nominales y Realistas, de cuios abusos
            se lamentó, entre otros sabios Españoles, el célebre Melchor Cano en el cap° 7.
            Lib. 9. de Lecis Theologicis.
                    Además es constante que los intérpretes de el estagirita (qe. en sentir
            de Quintiliano fué uno de los hombres mas eminentes de la antigüedad) por
            su innata obscuridad o falta de inteligencia de sus obras le imputaron varias
            opiniones contrarias a las qe. el mismo dexó establecidas, como lo comprobó
            el Italiano Paze, haciendo un prolixo cotejo con el texto mismo, según observa
            en Rmo. Truxillo en su Plan de estudios.
                    Al paso qe. es incontroversible la gloria de los Philosofos modernos en
            haber reducido a mejor orden y sistema los conocimientos de la naturaleza,
            descendiendo desde las verdades primitivas a las compuestas, hta. ponerlas
            en el grado de demostración de qe. son subsceptibles; es igualmte. cierto que,
            a pesar de el espíritu geométrico, de que se suponen poseídos, han quedado
            muchas verdades en la misma incertidumbre y obscuridad, con que las vieron
            los Antiguos, sin que se advierta otra variación, qe. la accidental de haberse
            mudado los términos escolásticos en otros mas cultos y pomposos, pero qe.
            al fin, manifiestan con la ultima evidencia la debilidad de nuestros esfuerzos
            para comprehender los arcanos y maravillas de la naturaleza.
                    Con solo reconocer que la opinion tiene en estos tiempos el mismo
            predominio, que gozó en la antigüedad y qe. no es menor el número de sec-
            tas o partidos, en que están divididos los Philosofos modernos, sin ponerse
            jamas acordes en un sistema fixo, y antes variándolos subcesivamente con la
            mayor veleidad e inconstancia, se verá que Deus tradidit mundum disputationi
            corund y qe. es preciso confesar que han sido muy lentos los progresos de el
            espíritu humano en la Ynquisicion de la verdad, por mas qe. algunos ingenios
            audazes se hayan vanagloriado de haver corrido el velo qe. la tenia oculta a
            nuestra inteligencia y comprehencion.
                    ¿Pero qe. concepto deberemos hacer de el orgullo con q. se abrogan
            algunos Philosofos modernos el fastuoso nombre de creadores de nuevos



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