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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
[Al margen: Auto] Lima Marzo diez y ocho, de mil ochocientos diez y
siete.— Vistas las diligencias practicadas sobre la Visita del Real Convictorio
de San Carlos, se da por conclusa su actuación, la que se pasará original al
Excelentísimo Señor Virrey con los Planes de su estado y reforma.— Pardo.—
Elizalde.
[Al margen: Copia] Entre los arbitrios que ha propuesto Usía Al
Exelentísimo Señor Virrey Marqués de la Concordia, para salvar a este Con-
victorio, de la ruina que le amenazaba, ha sido uno la venta del último resto
de la plata labrada sobrante, y conduciendo al desempeño de mi Comisión el
saber cuanto ha sido esta, a como se ha vendido, cual ha sido el título de su
adquisición, y cuanta es la que hoy existe, espero se sirva Usía decírmelo en
contestación a este.— Dios guarde a Usía muchos años. Lima Marzo treinta
y uno, de mil ochocientos diez y siete.— Manuel Pardo.— Señor doctor don
Toribio Rodríguez de Mendoza.— Rector del Real Convictorio Carolino.— Es
copia de que certifico. Elizalde.
[Al margen: Oficio] En contestación al oficio de Usía su fecha Treinta
y uno del próximo pasado Marzo, por el cual me ordena, que habiendo pro-
puesto yo al Excelentísimo Señor Virrey Marqués de la Concordia entre los
arvitrios precarios para salvar al Real Convictorio de su próxima ruina, fue
uno de ellos la venta de la plata labrada: cuanto ha sido la vendida; y a que
precio; debo decir, que el señor don José Lasso Mogrovejo, Canonigo de esta
Santa Iglesia, y primer Rector de este Real Convictorio, observando el excesi-
vo gasto en platos de Loza del País en el servicio del Refectorio, a causa de ser
materia quebradisa, y por el desaseo de dicha vagilla, propuso a los colegiales,
dando el mismo ejemplo con tres platos que dió por sí, que igualmente cada
colegial de los que entonces existían, diese dos platos, una cuchara, y un te-
nedor de plata. No todos siguieron su ejemplo, pero desde entonces los que
se han ido recibiendo de colegiales han entrado dando dos platos, cuchara, y
tenedor hasta hoy constante en este, a exepción de unos pocos muy pobres.—
Luego que hubo platos sobrantes, se mandaron hacer fuentes, o platones, en
que se echaba la comida, uno en cada mesa, para que de allí echasen en sus
platos los Colegiales la porción que habían de comer. Este método a pesar de
ser tan fácil y cómodo, vino a ser pernicioso por el abuso, y obligó a que los
platos saliesen hechos desde la cocina para cada individuo. La misma razón
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