Page 112 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Documentos varios sobre el juicio del esclavo Domingo de 1795
En la Ciudad de los Reyes en veinte de Agosto de mil setecientos no-
venta y cinco hise otra diliga, como la anterior a Dn. Felipe Booch cirujano de
esta ciud. en su persona doy fe.
Calero
En cumplimiento de lo mandado por el Sor. Provisor, y Vicario Gene-
ral Doctor Don Juan Josef Negron, yo el infraescrito Cirujano Latino público
de esta ciudad, etc.
Certifico, que haviendo reconocido prolijamente a un negro nom-
brado Domingo, esclavo hoy del Padre Dn. Antonio de la Jara, y Quemada,
Procurador del Hospital de los Señores Sacerdotes en el Oratorio de San Fe-
lipe Neri, le he hallado sano al parecer, sin el tumor que se relaciona, y con
una robustez bien aparente. Mas como dicho negro exprese que siente dolores
agudos en el lugar que padeció dos, o tres veces cada mes, y el Auto del Se-
ñor Provisor, y Vicario General, me empeñe a la resolución de varios artícu-
los sobre esta materia suscitados por las partes litigantes, hecho cargo de lo
contenido en los Autos mas interesantes, sobre el punto; digo en primer: ser
compatible haber dicho negro padecido el tumor que se refiere, y hallarse hoy
robusto, y apto para desempeñar cualquier destino servil; así no hay razón
de dudar hablaron de buena fee el cirujano Andrés Echavarría en su certifi-
cación, y el mismo negro enfermo en lo que espuso, sobre su padesimiento.
Queda pues ya satisfecho de este modo el Auto que se halla a f 152. Pero pi-
diendo mas individualidad el de f 156 yré resolviendo, una por una las dudas
que propone. Sobre la primera: a saver si es verocimil, que disuelto el tumor
hayan quedado tales latidos, digo que el asegurar nosotros, no aparece tumor
alguno, no es afirmar el que no excista enteramente; pues solo cuando son
voluminosos, se manifiestan al esterior ympidiendonos las partes carnosas de
ensima, distinguir perfectamente el estado morboso de las visceras, a entra-
ñas; y siendo nuestra guia en estos casos la relación del enfermo, supuesta su
enfermedad antesedente, y los latidos que desde aquella época hasta la pre-
sente a segura le molestan, es de creer no ha logrado la parte afecta, el estado
perfecto de salud que les es a todas natural, quedando molesta y adolorida
por el anterior padecimiento sobre si de dicha molestia pueda seguirse algún
daño grave que le haga menos valer, contexto diciendo: que si en el tiempo que
sufre sus dolores, se halla expedito para su trabajo, ygualmente que quando
no los tiene, su valor debe ser el mismo, pues pasados tantos años despues de
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