Page 93 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La Rebelión de Huánuco de 1812
exceso, y por leal, é inculpado Patriota, así por lo que se deduco de los Autos,
como por lo general, y siguiente.
Unico entre todos los testigos, que denuncian a mi parte, es Don Do-
mingo Berrospi, quien en la declaración que hace en 25 de Marso, entre otras
preguntas, que se le reciben, responde lo siguiente: «Que los principales cabe-
sas que reducían a los Yndios, y dirigían sus operaciones, eran: Narciso Roxas:
los mismos que conoció el declarante por cabesas, y Capitanes, en número
de cinco mil, poco más, ó menos fueron a Ambo», Narciso en la confesión
que se toma en 4 de Abril, pregunta quarta, no sólo ignora el motivo de su
prición, sino que igualmente ignora, que lo coinquinasen con los sublevados,
queriéndolo hacer íntimo confidente del Regidor Castillo. En la conclución
de la octava pregunta asegura, «que de la esquina de la Plaza miraba la escena
de la tragedia, que causaron los sublevados en la ciudad, procurando siempre
permanecer oculto hasta la retirada de los Ynsurgentes»: En la undécima pre-
gunta, confiesa, que lo llebaron á Ambo, como á otros blancos por fuersa. En
la pregunta désima quinta contesta «Que quando estubo en la casa de Castillo
no le hablaba nada; por que estaba en clase de muchacho, y últimamente en la
pregunta veinte y dos responde, que él coadyubó a su fuga, y no lo siguió, por
cuias instancias, y exfuersos, no se quitó la vida».
Don Pedro Tello en la adición que pone al fin de su declaración, dice:
«bajo del mismo juramento, añadió el declarante: Que Narciso Roxas era el
mas allegado a Castillo, y con quien secreta, y frequentemente tenía sus con-
versaciones, y daba sus disposiciones». Este testigo es igualmente vario, y úni-
co en su deposición, en igual modo, que Berrospi; aunque indistintamente
declara: redarquiré todo lo que consierne a la destrucción de la primera decla-
ración, y luego pasaré a tratar de la segunda.
Aun no se me habían dado los Autos, quando solicitando á mi parte
por que me instruyese en las causas por que lo hacían Reo, según el Espíritu
de sus noticias, deducido de aquellas preguntas, que en su confesión le hiso
Vuestra Señoría me obligó á disponer las cinco preguntas, que se ven en el
Ynterrogatorio que presenté, satisfecho ahora de su acierto, parece que por él
esclaresco la inocencia de mi parte. Los tres Testigos Don Martín Quiñones,
Don Manuel Pajuelo, y José Segundo en la primera pregunta, que se les hace
á petición de mi parte, ignoran totalmente, que por palabras, ú obras se pro-
duxese éste en favor de la Ynsurrección. Los mismos testigos, exponen que no
lo han visto mesclarse con los Ynsurgentes; y por el contrario consta, que le
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