Page 322 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte
            tenia presentes, la cituacion de aquellas afligidas que clamaban justamente por
            el deplorable estado de su Patria, emigracion de sus consortes, el descarreo, y
            trabajos en que se veían con sus familias; y ultimamente por estas palabras, ú
            ocurrencias de San Agustin parece, que no seme puede hacer crimen, porque
            ademas de que no me proferí en terminos tán toscos, nada han abansado en el
            progreso de la Ynvestigacion, que se há hecho.
                    Es sabido, publico, .y notorio, que Narciso Ponce se crió conmigo: vi-
            vió su madre con la mia algunos años; y mediante á aquella satisfaccion, que
            desde nuestra juventud tubimos, me comunico todo quanto aparece en mi
            confesion, y en las clausulas 3a., 5a. y 6a. dela suya á f 64 y 68, como en igual
            modo en la reconvencion a la clausula 3a., de la Antonio el Limeño á f 75.
            En el careo del propio Narciso Ponce con Fray Ygnacio Villavicencio, última
            clausula de él á f 125 buelta y en la ratificacion de dicho Narciso á f 132. De
            todas estas diligencias se deduce, que en los negocios de Sublevacion no fuí
            Autor, como lo quieren los Testigos Basualdo, y Tello, sino un remoto sabedor
            de ellas; pues apenas llegaron á mi noticia, quando con toda fidelidad, esmero,
            y vigilancia, dí quenta á quien me correspondía, como está probado en la se-
            gunda pregunta del Ynterrogatorio, que presenté; y no solo lo declara los tes-
            tigos, que absuelben las preguntas de dicho Ynterrogatorio, sino que de ante-
            mato, yá lo tenian expuesto Don Pedro Rodrigués en la quarta pregunta de su
            declaracion, y Don Jose Espinosa en la suya; de modo que justamente puedo
            jactarme que esa noche del martes de Carnestolendas por dos casos impidió
            mi Patriotismo, que se cometiesen dos absurdos: violar la carcel, y atropellar
            las personas de los Europeos, que a la rason se hallaban en la ciudad: el primer
            caso fue haberlo puesto en noticia de ellos con oportunidad: y el segundo,
            persuadirles á esos detentadores temerarios, al pie de la torre de esta Yglesia
            maior; que las noches de Carnestolentas no eran de eso, sino de Cahuas, como
            que en efecto por instancia mia fueron al Barrio de Huallayco á entretenerse
            en un bayle, que duró hasta el Miercoles de Ceniza por·la mañana.
                    De todos quantos vecinos nobles y honrados há tenido el Vesindario de
            Huanuco, ninguno ha hecho las denuncias leales, y patriotas, que Yo; por que yá
            que estos Señores Europeos escaparon la noche del Martes de Carnestolendas (se-
            gun se ha dicho), en igual modo está claro, que por mi tambien escaparon delos
            Ynsurgentes; por que luego que inopinadamente recíbí la esquela; que me remitió
            el Alcalde del Valle, de quien y de todos los Yndios estoy seguro que mencionen
            mi buen nombre, honor, y patriotismo en la mas leve; sorprehendido de verla,



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