Page 101 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La Rebelión de Huánuco de 1812
aquéllos pasado a la primera acción de Ambo á ocación de estar montado, en-
contró con el Licenciado Don Bernardo Sanches, que en igual modo lo estaba,
y tratando ya por curiosidad, ó ya por que esos mismos Ynsurgentes no lo tu-
biesen por infiel de pasar como por las chacras de Cayhuayna (que están una
legua de la Ciudad al paso que Ambo cinco) a donde se encaminaron los dos
solos: compraron pan y aguardiente, y caminando algo más adelante, se apea-
ron en un rancho; y estando comiendo unas chirimoyas, de regreso llegaron
Don Domingo Berrospi, Don Narciso Tafur, y Don Manuel Dávila, y tomando
de esas propias chirimoyas, del pan, y del aguardiente, revolbieron todos a la
Ciudad: digan todos estos sugetos, sí oyeron que mi parte diese orden para
que se repicasen las campanas de la Yglesia de San Sebastián, ó si hiso señal
alguna para que lo hisiese.
(Al margen) 4a.
Yten digan los mismos sugetos: sí mi parte quando entró con ellos a la
Ciudad les influyó á ellos, ó a qualquier otra persona que fuese a notificar al
General Castillo el vencimiento del iniquo asalto que hicieron los Ynsurgentes
en Ambo: ó sí por el contrario llegando a la esquina de Santo Domingo, sí
torció a mano izquierda ó si tiró, ó caminó adelante para la calle de los Merca-
deres, ó si alguna otra persona hubo armas con ellos.
(Al margen) 5a.
Yten diga el Sargento Mayor Don Manuel Talancha: es cierto que al
tercer día después de vencida la acción que se ha relatado, á ocasión que llegó
la bandera a la Ciudad, y la conduxo el General Castillo, al pasar por delante
de la Yglesia de San Sebastián hubieron pulsasiones de campanas, y al oirlas
mi parte clamó con un espíritu leal, y patriótico: «Estos repiques tan molestos
algún día se han de convertir en clamores dolorosos; por que el castigo de Dios
no ha de faltar á estos ladrones».
(Al margen) 6a.
Yten de público y notorio, pública voz y fama digan: quanto en el par-
ticular sepan, aunque no sean preguntados, que en todo protesto estar a lo fa-
vorable, y se entenderá sin perjuicio de aquello que ocurra á vista del Proceso,
por tanto, y jurando en ánima de mi parte, que no procedo de malicia.
(Al margen)
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