Page 48 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
es esa participación decisiva de Durán Martel que en la pesquisa ordenada por
el Intendente, se determina que se indague su conducta y sus contactos con los
indios; y se esclarece sus «íntimas relaciones y amistad» con José Rodríguez, el
más empecinado de los jefes insurrectos. Surge la figura del rebelde agustino,
leyendo a los indios en la puerta de la iglesia de la doctrina del Valle los pas-
quines sediciosos, exhortándolos a concluir con la empresa de la revolución y
animándolos con el anuncio de los auxilios de Huamalíes. Se le atisba al lado
de los indios en el saqueo de la ciudad y en la primera acción de Ambo y, como
resultado de las averiguaciones de la sumaria, se dicta contra él auto de prisión
y embargo de bienes, cometido al Capitán Diego Adalid (fs. 82 v. de autos).
La caracterización abiertamente revolucionaria del movimiento insur-
gente se perfila con el examen de estos actuados. El cabildo huanuqueño habla
de la «presente revolución», al igual que González de Prada y los comandan-
tes realistas. Revisten los caracteres de una verdadera lucha armada todos los
aprestos de la Expedición Pacificadora en sus cuarteles generales de Chauca
y Ambo; los encuentros bélicos, en especial el triunfo inicial de los rebeldes
en Ambo contra los voluntarios del Cerro, en el cual los vecinos criollos y
mestizos y los indios, capitaneados por el General Crespo y Castillo y el Co-
mandante José Rodríguez, salieron al combate y «derrotaron completamente
a aquellos guerreros»; la misa de campaña en celebración del triunfo; la liga
de los pueblos insurgentes, prontos «a la primera orden que se les impartiese»
para acudir a la resistencia; la activa participación de once pueblos y todas las
haciendas de la doctrina del Valle; el apoyo ofrecido por la indiada del Hua-
malíes; la invasión y la entrada a saco de la ciudad; y el típico requerimiento
del General en Jefe Gonzalez de Prada a los rebeldes, antes de iniciar la acción
final que culminó con el triunfo realista.
El propio lenguaje de los insurgentes adopta giros con reminiscencias
revolucionarias afrancesadas. En uno de los oficios de los religiosos, entre los
cuales figuraba el P. Villavicencio, se describe el furor de las turbas desenfre-
nadas durante la invasión y saqueo de la ciudad, los asaltos a moradas, tiendas
y conventos, profanando hasta el sagrado depósito del Sacramento; y su desfile
por las calles llevando en triunfo la cabeza de uno de los decapitados, añadien-
do el relato que eran «semejantes a los santcullotes de la Francia».
De gran importancia en este expediente es el verdadero Manifiesto
enumerativo de las Causas que motivaron los movimientos que hicieron los in-
dios revolucionarios de Huánuco, firmado por los cabildantes huanuqueños, a la
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