Page 44 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
el abogado de la Real Audiencia de Lima, D. Ignacio Valdivieso. El primero,
correspondiente al documento N° VIII, se refiere a la pesquisa secreta, ini-
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ciada en Tarma el 2 de marzo de 1812, y abarca 71 fs. n. Este expediente que
pertenece a la Memoria Prado, sólo ha sido citado, como ya se indicó, por el P.
Vargas Ugarte. Su contenido es de significativo interés, porque concierne a las
repercusiones inmediatas de la rebelión de Huánuco en el distrito capital de la
Intendencia y a la difusión de la propaganda y de las ideas subversivas hasta en
Jauja y Huancayo. Las instructivas, testimonios y confesiones que figuran en
esos autos revelan que en los pueblos, haciendas y estancias, agentes y emisa-
rios secretos, habían ya propagado entre los indios la noticia alucinante de la
llegada del hijo del Inca, identificado a las veces, confusamente, con Castelli.
Esos misteriosos forasteros, venidos de tierras extrañas o de Huancavelica,
Huánuco, Potosí o Cuzco, y que se llamaban a sí mismos «correos del Inca»,
en las declaraciones vagarosas y contradictorias de los testigos indios apare-
cen descritos, indiferentemente, como hombres rubios, de barbas coloradas,
o como mestizos o indios, vestidos ya sea con poncho a daditos, birrete azul y
sable, o con indumentaria típicamente regional. Los «incógnitos» instigadores
se hospedaban en las chozas de los indios, les enseñaban a leer, hablaban la
lengua índica, recibían presentes de leche, habas y chupe y con sus libros y pa-
peles deambulaban hasta las haciendas del Marañón, sembrando las semillas
más fructíferas de rebelión. Sugestionaban a los indios con la promesa de la
proximidad de Castelli o «Castelli Inca» y con la venida del Rey Inca, calzado
con llanques de plata, que eregiría su casa real en Tarmatambo y al cual debían
recibir bailando «a la moda de los chimos antiguos». Repartían en los pueblos
proclamas y «estampas con el retrato del Inca»; y no menos incitantes eran
sus argumentos de índole económica. Convulsionaron el ámbito rural con las
convincentes especies de que los indios eran los dueños de las tierras y hacien-
das y que «no tenían libertad, como los blancos, en sus negocios y comercios».
Las medidas adoptadas por el Dr. Valdivieso y la sumaria pesquisa
que inició eran asaz justificadas porque los propios soldados rasos estaban
complicados, se fabricaban balas clandestinamente, y se hablaba de degollar
al Intendente, a los chapetones y curas españoles para que no quedasen en
la tierra sino indios y mestizos. Las propias guarniciones de los fuertes de
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15. Titulado «Declaraciones y confesiones sobre los movimientos subversivos en Huánuco» se incluye en el primer volumen de esta
edición [Nota del Editor].
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