Page 450 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                                                Informe sobre la hacienda pública
            las leyes, aun tratando de los privilegios concedidos a la acción de alimentos,
            los conceden a los futuros y los niegan a los pasados.
                    Compensar, pues, el vacío en que queda la real hacienda por la ex-
            tinción del tributo, y cubrir el crédito de la deuda de particulares, es la gran
            necesidad que obliga a meditar nuevos recursos. En años comunes es ninguno
            el déficit: demostración. El plan formado por los señores ministros oficiales
            reales asegura que en ellos había un sobrante de 1'080,000 pesos: la disminu-
            ción que sufre, extinguido el tributo, es de 1’200.000 pesos: luego la cantidad
            necesaria para la ecuación de ambas partidas es de 120,000 pesos.
                    Aún es abultado el cálculo. Los 52 partidos o subdelegaciones que
            componen la jurisdicción de este virreinato, sufrían cada cinco años la terri-
            ble operación de la Revisita, en la que quedaba el infeliz indio entregado a la
            rapacidad de los que habían logrado el nombramiento de jueces por una ver-
            gonzosa subasta, o por compensación de los más bajos servicios. Impendía la
            real hacienda 165 pesos en sus dietas y salarios: divídanse por los años de un
            quinquenio, y ese ahorro rebaja el déficit de 120.000 en 33.000 pesos.
                    No por esto se deduzca que es mi opinión contentarnos con que es-
            temos a la par de entradas y salidas. Esta situación es muy menguada y peli-
            grosa. «La España será feliz, repetía el desgraciado marqués de la Ensenada, si
            logra tener en los años de paz, cien millones, cien navíos y cien mil soldados».
            Deseo que proporcionalmente debe repetir cada gobernador, con atención a
            los fondos y circunstancias de sus provincias.
                    Dije deudas particulares, porque este modo de hablar necesita el tene-
            broso manejo de la real hacienda. Esta se distingue en tres clases.
                    Primera. Masa general, que sufre los gastos de tropa, marina, situados
            de plazas, sueldos de oficinas, ministros y empleados.
                    Segunda. Ramos remisibles, de los que se lleva cuenta separada; pues
            satisfechas sus pensiones se remite el sobrante a Europa.
                    Tercera clase. Ramos ajenos, cuya inversión tiene ciertos y determinados
            objetos, y el líquido producto con su cuenta individual se dirige a la Península.
            Diferencia de que resulta la expresión inconsiderada de que la renta de tabacos
            tiene suplidos a la real hacienda 800.000 pesos y la de correos 200.000.
                    En el plan no se alcanza esta diferencia; y si la deuda, como es de creer,
            es de esos ramos de masa común, no hay ni la urgencia, ni el déficit que se
            supone. El hombre cuitado que no tiene entereza para exponer sin disfraz su
            opinión y dictamen, deshonra al superior que le consulta, pues deja presumir



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