Page 280 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen 1
Dos textos preliminares de Baquíjano
común destino de las letras graduar la estimación de que uno es digno, por el
número de rivales que le asaltan, a oposición del regular trato de la vida, en
que la fortuna es la regla fija que nivela, y aumenta los aliados y amigos.
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Pero esa conducta tiene también sus riesgos; es fomentar en la igno-
rancia la errada máxima, de que se le admira porque no se le contradice; que
la apacible tranquilidad de que goza no es efecto del desprecio, sino del temor
y recelo, obligándola así a que aplauda por obra del talento, lo que es sólo pres-
tigio de su necia vanidad.
Si este poderoso motivo violentaba a no dejar sin respuesta a la Ver-
dad vindicada, los que se describen en la introducción de la obra convencen
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la justicia con que el D. Castro emprende su defensa; pues, como aconseja
Séneca, se debe tener indulgencia para los defectos comunes del espíritu, y
no tolerarse sus monstruosidades: multa donanda ingeniis puto: sed donanda
vitia, non portenta.
Mas persuadido también de que el orgullo es el patrimonio de las al-
mas bajas, se abstiene de aquel tono dogmático y decisivo que haría aborrecer
a la verdad. Descubre el error, pero sin mostrar indignación, ni sorpresa; y co-
nociendo que los mismos falsos y aventurados conatos de la Verdad vindicada,
estampados en una obra de estos últimos años, merecieron el desprecio de la
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Europa sabia, usa de aquellas inocentes sales, siempre permitidas, aun en las
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materias más graves, y autorizadas con el ejemplo del gran Basilio, como en su
panegírico lo recuerda el Nazianceno; y nunca más acertadas que a vista del
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4. Discurso del Conde de Comullier a la Academia de Angers [nota del autor].
5. El D. Castro adoptando la reflexión que hace Rousset en el prefacio de la obra, que publicó
en 1728, ha tomado sus precauciones contra el cuidado que algunos tienen de ahorrarse el
trabajo de leer los prefacios; porque usa del artificio de empezar la obra de manera, que lo
que pudiera ser prefacio o introducción lo hace parte del asunto, para empeñar así, sin que se
advierta al lector de lo que quería decir, y deseaba se leyese [nota del autor].
6. Ensayo sobre la historia de la provincia de Picardía. Su Autor M. Verité, a la pág. 353 dice:
Los dominicanos pretendían que la Virgen no ha podido ser infeccionada del pecado original.
Los franciscanos sostenían con firmeza la proposición contraria. Quien en nuestra América
piensa con igual novedad, debe ocupar el lugar en que coloca a M. Verité el inexorable Autor
del año literario: año de 1770. T. 8, pág. 265 [nota del autor].
7. Con ironía y jocosidad suele correr su pluma, como está de manifiesto, principalmente
en la pág. 79, cuando dice: que con imprudencia se dejó llevar del dictamen de Cicerón, sin
advertir que Tulio no habló en términos de disertaciones teológicas, y como si pudiera ser
de consideración esta materialidad, o como si la primera disertación fuese el Sto. Evangelio,
confiesa que se engañó, y conviene en que se borren los dos chistes del energúmeno, y del P.
Cándido, M. del Sacro Palacio. Pero él alega solidísimas razones, y con un soplo desvanece la
débil criminación que le hace la Verdad vindicada [nota del autor].
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