Page 252 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                                      Carta de Baquíjano a Juan Domingo Unamunsaga
            en juicio de S. Bernardo  más la deshonran, que la ensalzan; se omiten las exa-
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            geradas expresiones, que escandalizando a los enemigos de la iglesia, dando
            lugar a sus agrias invectivas y haciendo gemir a la razón y la piedad, se hallan
            reprobadas por sus más rendidos y esclarecidos hijos;  se olvidan los abulta-
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            dos milagros  y vulgares revelaciones que afianzan y promueven el Misterio;
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            pues siendo unos fundamentos privados que no han recibido la autenticidad
            y aprobación necesaria, quedan expuestos a la nota y censura de ilusiones y
            prestigios,  o a lo menos de inútiles y vanas para reglar nuestra fe, creencia y
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            persuación.


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            6. San Agustín en su carta 187. da diversos sentidos a los lugares de Escritura con que se
            prueba la santificación del Bautista, y Jeremías; y juzga que los que se aplican a este último
            deben entenderse de la persona de Jesucristo, o de la predestinación de ese justo a la santidad;
            así parece que niega el privilegio de la santificación en el vientre. El sabio y piadoso Gerson
            en un sermón predicado delante de los padres del Concilio de Constanza, en 8 de septiembre
            de 1416, y se halla en el Tom. 3. de sus Obras, pág. 1346. no parece distante de concederle a
            san José el privilegio de ser concebido en gracia. El propone al Concilio, al fin de su discur-
            so, se establezca una fiesta en honor de la Concepción Inmaculada de este digno esposo de
            María. Las reflexiones con que él principia su oración minoran lo extravagante de algunas
            expresiones que contiene. Yo imitaré, dice en el prefacio de este discurso, el método de los pp.
            y santos dd. que para excitar la devoción de las almas buenas han dicho muchas cosas de los
            santos, que no hay necesidad de creer; porque sólo se fundan en conjeturas. Yo digo las cosas,
            no como han sucedido en efecto, sino como piadosamente se puede creer que han podido
            suceder. En este sentido deseo que se entienda este discurso. Vide Jacobo Lenfant Historia del
            Concilio de Costanza, lib. 4. Pág. 409 [Nota del autor].
            7. El Caballero Borri creía que san Joaquín fue impotente, y que el Espíritu Santo encamó
            con la Virgen en el seno de su madre, y así quedó virgen después del parto. Vide Relación de
            la vida del Caballero Borri. Pág. 351. Otros sostenían que había sido concebida sólo con un
            ósculo de su padre. Vid. Pelvart de Temewar Stellarri coronae lib. 4 Part. 2 Artic. I. De aquí, el
            error de que santa Ana concibió virgen; error muy antiguo, pues lo impugna san Epifanio ad-
            versus Collyridianos, pág. 1062, y renovado en el siglo pasado por el P. Imperiali, superior de
            los jesuitas de Nápoles. El obtuvo del Papa un Breve en 1677, para erigir una congregación en
            honor de santa Ana, el que hizo imprimir con este Título: Beata Anna Virgo, el Mater Matris
            Domini; defendiendo que era virgen por ser María concebida sin pecado. Otro jesuíta publicó
            un libro entero apoyando este pensamiento; y el P. prefecto de la congregación adelantó la
            impiedad predicando que el día de santa Ana se recibía en la Eucaristía la carne de esa santa.
            Los tres fueron condenados por la inquisición. Juan Venetre, provincial de los carmelitas de
            París en su Historia de las tres Marías, pág. 56 dice: que santa Ana y san Joaquín luego que se
            cercioraron de su fecundidad pasaron a el templo a dar gracias a Dios oyendo la misa y añade
            que la Virgen fue puesta en un convento en que se educaban doncellas, recomendándola con
            esmero el obispo a la superiora. San Gregorio de Nissea, Orat. in Natali Domini apud Barón.
            Apparat. núm. 44, refiere, que santa Ana entró a el Sancta Sanctorum a orar a Dios para que la
            libertase de la esterilidad. Para despreciar esa tradición basta saber que sólo el gran sacerdote
            podía entrar a ese lugar sagrado [Nota del autor].
            8. Non est hoc Virginem honorare¡ sed honori detrahere. Ep. 174 [Nota del autor].


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