Page 115 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-1
P. 115

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Guerrillas y montoneras durante la Independencia
            bacuno, caballar y mular. Están todos estos campos muy poblados de habitan-
            tes cuyas casas se llaman chacras. Sus producciones son mucho trigo, cebada,
            maiz, papas y frutas de todas clase. Las cementeras se hacen á ultimos de julio,
            y en todo agosto, que es quando principia la primavera, y las aguas y las reco-
            lecciones en todo mayo que es el tiempo en que principia el invierno.
                    Los gauchos, son despejados, vivos, valientes y emprendedores: están
            armados de sable, fusil ingles, o rifle de mucho alcance, y manejan estas armas
            de fuego con la mayor destreza y agilidad. Por lo regular no esperan al arma
            blanca las cargas de nuestra cavalleria, pues su modo de vatirse está cifrado en
            venirse a todo escape sobre nuestras tropas a la desvandada (como lo hacen
            los cosacos o los guerrilleros que teniamos en la ultima guerra en España) y
            haciendo una descarga por la velocidad de sus caballos, que los remudan cada
            dia, vuelven grupas dejando burlada la disiplina, táctica de nuestra caballeria.
            Llevan delante de ellos un cuero de baca llamado guardamonte puesto en el
            fuste delantero de la montura (llamado lomillo) abierto en forma de tixera,
            del que se sirven echandose sobre él para correr y atravesar por medio de los
            montes por espesos y llenos de espinos que esten.
                    Esta facilidad que tienen de ocultarse sin ser vistos entre los montes
            hacen que puedan acercarse a nuestras columnas, y emboscados hostilizarlas
            impunemente; de modo que un oficial cualquiera aunque llebe ocho ó diez
            hombres de escolta no puede separarse del grueso de la columna sin peligro
            de ser bien pronto rodeado, y por consiguiente prisionero ó muerto.
                    El gaucho a más de las referidas armas lleba el lazo y bolas de las que
            se vale con mucha ventaja quando persiguen enemigos que van en dispersión,
            pues con el primero que consiste en una cuerda de cuero muy suelta la echan a
            distancia de veinte varas, formando con ella un lanzado con la que raras veces
            de enlazar ginete ó caballo á quien lo tiran aunque vayan á escape el que huye
            y el gaucho agresor: dicha cuerda tiene una manilla de fierro en sus puntas
            por donde está introducida la cuerda, y la otra punta va amarrada a la sincha,
            llevandola en forma circular sobre los quartos traseros del caballo.
                    Las bolas son tres piedras del peso de una libra enbueltas cada una
            por separado en un pedaso de cuero, y colgando de una cuerda delgada de
            lo mismo, de vara y media de larga: atados con tres ramales a un extremo,
            toman la una en la mano, y dando vueltas por encima de la cabeza como con
            una honda para darle violencia las sueltan y las dirijen a mas distancia que
            el lazo, á las piernas ó manos del caballo ó toro, quedando trabado el animal



                                               114
   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120