Page 372 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
P. 372

Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            recibiendo la carta le dijo que contra Tupa Amaro avisaría los indios, pero que
            a su favor no le esperase.
                    En virtud de la confesión de Cristina Quecho se mandó tomar confe-
            sión a Vicente Soto. Este, en la de fojas 13 preguntado si conocía a José Gabriel
            Tupa Amaro si ha tenido alguna correspondencia con él si le ha escrito alguna
            carta Tupa Amaro, o sus aliados, o si sabe le ha escrito alguna otra persona, o
            si le auxilió con víveres o de otro modo, respondió a todo negativamente.
                    Reconvenido con la confesión de Cristina Quecho en que asegura que
            con pretexto de comercio de lana, y otros efectos llevaba al rebelde maíces,
            chalonas, y otras cosas; respondió ser falso el cargo y aunque se le hicieron
            muchas preguntas y repreguntas nada más dijo de lo expuesto .
                    Vicente Soto no está convencido del delito porque Cristina Quecho en
            su confesión sobre el punto es referente al peón de dicho Vicente Soto, no le
            asegura de cierta ciencia. Demás de esto ella es un testigo único en su dicho,
            mujer india, interesada en la causa por sí misma y por su marido, y es regular
            que por vindicarse de Rafael Páucar hubiese hecho esa expresión falsa.
                    Aunque se le tomó confesión, o declaración al enunciado Hilario Vi-
            torino a fojas 19 este negó absolutamente haber dicho tal cosa a Cristina Que-
            cho, y que no sale si Vicente Soto llevaba víveres u otros efectos al rebelde;
            careado a fojas 20 con Cristina Quecho se mantuvo en la negativa, tampoco
            está confeso, con que está inculpado.
                    Contra Antonia Páucar nada resultó del proceso con todo, porque a
            efecto de una equivocación, se presumió que la casa de Antonia, era de Vicen-
            te Soto, y que en ella había víveres, se le tomó confesión a fojas 18. Pregun-
            tada de dónde tenía los efectos que se encontraron en su casa, dió una plena
            satisfacción. Repreguntada por reconocimiento de Vicente Soto y su peón, y
            si sabía que éste socorría con víveres al rebelde respondió, conocía a ambos,
            pero ignora si Soto socorría al rebelde. Instada cómo no sabía cosa alguna
            pues cuando el peón la reconvino sobre que aquellos efectos que tenía fueran
            para el rebelde con algún motivo, o causa se lo diría; respondió que no sabía
            ni tenía antecedente porque lo hace dicho peón, y aunque se le hicieron repre-
            guntas y muchas preguntas, nada más confesó. Vuestra señoría en atención a
            que nada ha resultado contra dicha Páucar, a su pedimento se sirvió mandar
            se le relajase de la prisión y se le desembargasen los bienes por equivocación
            embargados bajo de la fianza de Haz, a mayor abunde. Con que es claro que
            dicha Antonia Páucar está absolutamente inculpada.



                                               371
   367   368   369   370   371   372   373   374   375   376   377