Page 624 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
Inmediatamente se hizo saber la sentencia y pronunciamiento ante-
cedente al solicitador fiscal nombrado en esta causa y al defensor de Diego
Verdejo, o cada uno de por sí, de que certifico.
Espinavete
(media firma y rúbrica)
[Confesión de Diego Verdejo antes de ser ejecutado. Mayo 16, 1781].
En la ciudad del Cuzco a dieciseis de Mayo de mil setecientos ochenta
y uno, el señor don Benito de la Mata Linares, del consejo de su Majestad, oi-
dor de la real audiencia de Lima, habiendo entendido que Diego Verdejo tenía
que declarar pasó al calabozo donde se halla preso y habiéndole recibido jura-
mento por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz según derecho, le preguntó
dijere lo que tenía que declarar y dicho Verdejo dijo: que por orden de José
Gabriel Tupa Amaro llevó a Tinta trescientos y más varas de Caquecaquí per-
tenecientes a la hacienda de Chuquibamba, más veinte vacas de la estancia del
cacique de Llalli que tiene el alcalde de Santa Rosa; que trescientos cincuenta
ovejas robó en los altos de Ucaviri y las dió en arrendamiento a José Madue-
ño, vecino de Macari, y de las trascientas le hizo obligación como asímismo
entregó a dicho Madueño cien crías de navidad en calidad de arrendamiento,
y no sabe positivamente si son del cacique de Llalli o de Sucacahua, cacique
de Quiquijana; que de las trescientas vacas quedaron cincuenta como crías
en poder de dicho alcalde de Santa Rosa, Martín Leonardo; que en el de la
mujer del que declara, Feliciano Noguera, que está viviendo en Surimana con
su padre Francisco Noguera, tiene un faldellín de tisú, dos frascos de plata,
dos cabrioles uno frangeado de hombre y otro de niño, dos monterillos de
terciopelo; un aderezo de plata que era de Tupa Amaro y lo robó. Que los otros
trastos los encontró con los indios en el cabildo de Cailloma, cuarenta y cinco
costales de coca que cogieron en un trapiche los vendió en Yauri en doscientos
y tantos pesos; que se quedó con ellos como así mismo con otros doscientos
que le dió el rebelde, cuyos cuatrocientos y más pesos entregó al cura de Ya-
naoca don Carlos José Rodríguez, y no se los ha vuelto; que también entregó a
dicha su mujer un par de estriberas de plata y unas cinco piñitas de lo mismo;
que a Tupa Amaro dió mil pesos que cogió cerca de Umachiri. Que es lo que
tiene que decir y la verdad bajo del juramento hecho en que se afirmó. Expresó
ser de edad de veintiséis años. Firmólo con su señoría, de que certifico.
(rúbrica de Benito de la Mata Linares)
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