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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Figueroa, vecino español del pueblo de Sanca, anexo de la doctrina de Paprés,
a quien le tomé juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor y a una señal
de cruz, so cargo del cual prometió decir verdad de lo que supiere y fuere pre-
guntado, siéndolo al tenor del auto que precede, dijo que conoce a Francisco
Torres, oriundo de la doctrina de Accha y sus términos Cahuatura, nombre
así llamado, jurisdicción de la provincia de Paruro, y que así mismo sabe que
éste sujeto ha estado viviendo ya en el pueblo de Acos, ya en el de Papres y
en el de Sanca, ya en el de Corma; casado en él con mujer de esta tierra; a
quien declara lo vió hecho juez con su bastón en mano echando la voz de que
el rebelde traidor José Gabriel Tupa Amaru le dió ese título con el fin de que
anduviese en todos estos contornos, echando gente cuantas veces le pedía el
dicho rebelde para sus expediciones, y asimismo dándole comisiones para los
embargos y acarreos de granos, vacas, ovejas, mulas, caballos, bueyes y otros
bienes muebles de todo el vecindario del pueblo de Sanca y del chorrillo de
Antabamba, ejerciendo el dicho oficio de juez con el mayor rigor, eficacia y
empeño, perjudicando a muchos pobres, y desempeñando con esmero tal la
confianza que de él había hecho su patrón rebelde; amenazando con pena de
muerte a los que querían resistirle; asímismo acusando al declarante ante la
mujer del rebelde, diciendo sabe éste de los bienes y caudal de don Evaristo
Delgado, dueño de aquel chorrillo de Antabamba, y que declare, y si no que
merece ser degollado, quitándole cinco mulas y un caballo y dejándolo al pe-
recer. Estas acusaciones las ejecutó en el pueblo de Tinta del dicho Francisco
Torres, llevándolo desde Sanca al declarante distancia de once leguas preso a
la presencia del tirano rebelde; y asímismo declara que el anhelo que tuvo en
echar y recoger la gente de todos estos pueblos fue grande, amenazándolos
con horca y colgando a los indios que de pronto no obedecían sus mandatos
de un pie en el rollo, como que dice sucedió con un indio de Sanca nombrado
Carlos Condori, que lo colgó en el rollo del pueblo de Corma hasta que casi
llegó el dicho indio a los términos de ahogarse, y que el declarante de caridad,
viendo aquel espectáculo, lo descolgó pidiéndole con ruegos sumisos al cruel
ministro Francisco Torres, y que no contento con éste castigo, lo llevó por
delante preso hasta el pueblo de Tinta, y que de estos rigores los ejecutaba
cuantas veces quería y duró su comando; y asímismo declara que andaba éste
acompañado con Cristóbal Rafael, indio tuerto, alcalde de Paprés, que hoy se
halla preso en el cuartel de la ciudad del Cuzco, quemando ranchos y chozas
con tirano ímpetu. Y que ésta es la verdad de lo que ha visto y sabe, so cargo
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