Page 221 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
[Ampliación de la declaración de Diego Ortigoza].
En la ciudad del Cuzco en veintiséis de abril de mil setecientos ochenta
y un años, ante el señor don Benito de la Mata Linares del consejo de Su Ma-
jestad, oidor de la real audiencia de Lima, pareció Diego Ortigoza, de quien
recibió juramento por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz según derecho,
y habiéndole hecho como se requiere y prometido decir verdad dijo que tenía
que añadir a la declaración que tenía hecha contra José Gabriel Tupa Amaro
lo siguiente, [tarjado: (y añade)] que le oyó un día a la mujer de Tupa Amaro
reñir con Hermenegildo Delgado, que estará en Tinta, perro traicionero por
qué querías hacerte desentendido, no sabías que esto había de suceder, no
te lo avisó mi marido a vos y a Lucas Aparicio, y a otros dos cuyos nombres
ignora. Cuando José Gabriel Túpac Amaro regresó de Lima a Tungasuca le
oyó el declarante decir, que en Lima habían hecho mucha estimación de su
persona y que el señor Bravo le brindó su coche. Y que estando hablando en
Lima con un caballero cuyo nombre no se acuerda, acerca de su pleito, y que
en esta conversación estando, entró un cacique del obispado del Cuzco a saber
[tarjado: también] por otro pleito que también tenía en aquella real audiencia
de Lima, y que le dijo aquel caballero a este último que aguardase, que no tenía
lugar para entender sobre su pleito, respecto de que estaba actualmente enten-
diendo en el de su rey que era Tupa Amaro. Repetidas veces le oyó el declaran-
te a Tupa Amaro, decir, así con esta estimación me trataban en Lima y que este
corregidor de Tinta que fue don Antonio Arriaga, quien para darle posesión
de unas tierras por decreto que tenía de su excelencia, juntamente la informa-
ción de unos molinos que iba a poner, que lo entretuvo por varias instancias
que le había hecho y que por esto, le oyó el declarante decir, que tenía ímpetus
de prenderlo al corregidor con engaño o disimulo, y ponerlo en un lugar lla-
mado Huaillabamba al cuidado de dos mozos, juntamente a su competidor
García, y que éste le había hecho gastar injustamente mucha plata en el pleito,
y que el declarante le dijo que haría comprender a estos hombres, a lo que le
respondió que los amarraría a los dos y al uno lo despacharía para Arequipa y
al otro para Lima; (Al margen: Cura de Pampamarca) que el declarante le hizo
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