Page 225 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            declara que dicho teniente no sabía leer, le respondió dicho Tupa Amaro que pues
            no sabía leerlo que no se lo entregase, expresando al declarante le buscase una
            lima con el fin de quitarse los grillos, que las esposas tenía facilidad de quitárselas,
            y hecho esto compondría esta ciudad en dos horas con sus indios y las mayores
            cabezas de la citada ciudad pues toda estaba a su favor, a cuyo tiempo ofreció al
            que declara si le buscaba dicha lima y ponía de su parte a los huamanguinos darle
            a todos diecinueve zurrones de plata y doce arrobas de oro que tenía enterrado en
            una hacienda que tiene a un lado del pueblo de Tinta, junto a una quebrada donde
            hay una laja, y habiéndolo dicho el declarante en presencia del sargento Matienzo
            (que estaba escondido) intentaba un imposible porque no tenía auxilio de afuera,
            le respondió dicho Tupa Amaro que puesto él en el patio en dos horas tendría a su
            favor esta ciudad pues lo primero que haría sería prender al señor visitador, al co-
            mandante del que declara y a los demás señores ladrones que hay en este cuartel; y
            habiéndole ofrecido el declarante papel y tinta para que escribiese a quien gustase,
            pidiendo lo que se le ofreciese, le respondió el citado rebelde que no porque no
            tenía donde esconder lo que le ofrecía, porque el comandante le registraba todos
            los días, y no quería se supiese cosa alguna de esto, que ya le habían tomado ju-
            ramento para que declarase y no lo había hecho, y que respecto a haber negado,
            aunque le sacasen las carnes a pedazos no confesaría, cuya conversación pasó a la
            hora citada en presencia del expresado Guevara a la cual dió parte el declarante
            a su comandante, con quien, y el sargento Matienzo pasó por la noche a dicha
            puerta del calabozo del rebelde a quien tocó la misma conversación y vertió casi
            las mismas expresiones. Que es lo que puede decir y la verdad bajo del juramento
            hecho en que se afirmó y ratificó, dijo ser de edad de treinta y seis años, firmolo
            con su señoría e yo el escribano, de que certifico.


                                                  (rúbrica de Benito de la Mata Linares)


                                                              Manuel Espinavete López
                                                                             (firmado)
                                                                     Cayetano Vílchez
                                                                             (firmado)

            (Al margen: Declaración de Pedro Matienzo).


                    Luego incontinenti compareció el sargento Pedro Matienzo, de quien re-



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