Page 112 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            por Su Majestad de esta provincia de Chilques y Másquez, hice comparecer
            ante mí y. testigos a Fernando Laurel vecino de este pueblo de Urcos con una
            carta dirigida al corregidor de la provincia de Quispicanchis, y no encontrán-
            dolo en dicho pueblo le fue preciso pasar al de Sangarará, por noticias que
            adquirió de que dicho corregidor se hallaba. en aquel lugar con su gente; y
            para que pusiese su relación con verdad le tomé juramento y lo hizo a Dios
            Nuestro Señor y una cruz, bajo del cual prometió decirla de lo que supiere, y
            le fue preguntado, y siéndolo al tenor de·las preguntas que se le hizo por un
            intérprete dijo: que habiendo llegado a los altos de Sangarará se vió detenido
            por unos indios guardas que había en aquel lugar, y se quedó en compañía de
            ellos hasta las cuatro de la mañana poco más o menos, y al rayar el día fueron
            bajando a dicho pueblo de Sangarará en compañía de los citados indios, que
            le impidieron el paso aquella noche, y vio que José Gabriel Tupa Amaro se
            apareció en un caballo blanco acompañado de su gente, y que pegó fuego a la
            casa de un cacique de aquel lugar; y que dió unos gritos a los. que se juntaron
            en breve rato una multitud de indios que cercaron la tropa de españoles que
            llevaba dicho corregidor, y hallándolos descuidados los atacaron de suerte que
            viéndose ellos tan turbados ganaron la iglesia, y después que mató a los que
            quedaron fuera, embistieron a los que quedaban dentro pegando fuego por el
            techo por ver que resistían con sus armas de fuego, por las ventanas, y hasta
            que viendo abrazarse dicha iglesia fueron saliendo, y al paso que salían de ella
            los iban matando, de suerte que según dice el declarante no quedó ninguno
            vivo, obrando esta lucha desde las citadas horas hasta el mediodía, que lo es-
            tuvo viendo todo, y ya solo porque los indios de su compañía lo dejaron por
            acudir a la batalla, y después que feneció bulla se vino a este pueblo de Paruro,
            a·darme cuenta y noticia de todo; y dijo ser esta la pura verdad de lo que había
            visto, que tiene declarado, en fuerza del juramento que hecho tiene, y que se
            ratifica en ello. Y dijo ser de edad de veinticinco años poco más o menos.
                                                                don Manuel de Castilla
                                                                             (firmado)
                                                                    Ramón de la Llave
                                                                             (firmado)
                                                                Cipriano de Sotomayor
                                                                             (firmado)
                                       Por testigo a su intérprete Miguel Vértiz y Tristán
                                                                             (firmado)



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