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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Ylustrisima presente yo y otros sugetos que no me acuerdo los que fueron, y
            dijo todo sobresaltado: El Corregidor de Tinta Arriaga ha sido ahorcado por
            un cacique de Pampamarca Tupa Amaro y viene para el Cuzco desolando los
            lugares por donde pasa; todos nos sorprehendimos con la noticia y Vuesa se-
            ñoria Ylustrisima agarrandose la caveza con ambas manos y todo confundido
            le dixo a Cabrera, y a los que alli estábamos señores cierta es la especie que aier
            nos comunicó a mi y al conde de Valle hermoso en su casa mi maiordomo, y
            ni él ni yo dimos ascenso. No lo segundo por que mal podía Vuesa señoria
            Ylustrisima dar gracias a un traidor contra quien inmediatamente empezó a
            armar Vuesa señoria Ylustrisima su clero formando de él y de los colegiales
            quatro compañias expidiendo terribles excomuniones a todas las provincias
            de su obispado para que no siguiesen al Revelde y lo conociesen por contrario
            al Rey, a la Religion y por tal indigno de la comunicacion de los fieles, man-
            dando cartas circulares a todos los curas para que fixasen los cedulones y no
            se moviesen de sus doctrinas haciendo conocer a sus feligreses que aquel Yn-
            dio nos engañaba. Diligencias tan importantes que a ellas indubitablemente se
            deve el que no se huviesen contagiado muchas provincias; tampoco pudo
            Vuesa señoria Ylustrisima haver conocido antes a Tupa Amaro y para mi es
            prueva demostrativa de ella que en todo aquel dia en que se tuvo la noticia
            cierta y aun en los dos siguientes en que Vuesa señoria Ylustrisima no descan-
            so ni un instante ya en librar ordenes a las provincias y autos a los monasterios
            y religiones para que doblasen sus oraciones al Cielo aciendo publicas rogati-
            vas, providencias a los curas de las provincias de la ciudad y clerigos y otros
            expedientes que a cada paso se ofrecian no podía Vuesa señoria Ylustrisima
            fixar en su imaginación, ni tener en la memoria el apellido de Tupa Amaro
            incognito hasta aquellas sircunstancias, y quando se ofrecía tratar de él fue
            necesario muchas veces que o el escribiente o alguno de los que le asistían a
            Vuesa señoria Ylustrisima le sugiriese el apellido para que Vuesa señoria Ylus-
            trisima prosiguiese dictando lo que ocurría; aun reparé que le sucedió a Vuesa
            señoria Ylustrisima lo mismo una u otra vez en la dilatada sesión que en uno
            de aquellos mismos dias tubo Vuesa señoria Ylustrisima con su cabildo, clero
            y religiones que juntó en su palacio con el fin de manifestar a todos la escases
            en que se hallaba la Caja Real, y la obligación que les corría a todos de socorer
            esta urgencia aunque fuese bendiendo los basos sagrados de las yglesias, con-
            siguiendo Vuesa señoría Ylustrisima mediante su fervorosa exhortación y la
            oferta que hizo de apromtar por su parte, por la de sus monasterios y su catedral



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