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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
convenientes para deprimir al rebelde, contenerle en sus excesos y separar de
su lado a sus partidarios y sequaces. Con esta mira fulminó excomunion ma-
yor contra el traidor y todos los alistados bajo de sus banderas, mandó a todos
los curas y sus ayudantes predicasen a sus feligreses sobre, la obediencia y fi-
delidad al Soberano y el grave delito de traicion a que los excitaba el rebelde y
procurasen por todos los medios convenientes retraerlos de su partido y redu-
cirlos a la obediencia del Rey y sus ministros y aun despachó sacerdotes regu-
lares a la provincia de Tinta en que principalmente fermentaba la sedicion
para que amonestasen a aquellos vecinos su resipiscencia y enmienda, dispuso
ademas que en esta ciudad se hiciese una mision y rogativa publica, ordenó
que uno y otro clero, secular y regular hiciese un donativo, que ascendió a
cerca de treinta mil pesos para los gastos de la guerra, mandó que todos los
clerigos de esta ciudad tomasen armas y se preparasen para su defensa, por
exigirlo la urgente necesidad que intervenía de su concurrencia y se presentó
por varias ocasiones en la Plaza en forma de esquadron militar y lo que es mas,
lejos de reusar los servicios se aprontó a los mas penosos del rondas nocturnas
y centinelas sobre las torres de las yglesias dando exemplo de obediencia, fide-
lidad y amor al Rey a los demas como lo ponderó y exclamó en una de las
ocasiones que se presentó sobre las armas a la puerta del quartel del Ynspector
don Manuel de Villalta obligó y cumpió a los parrocos a residir en sus benefi-
cios y a sacrificarse por bien de sus feligreses, a ser victimas del traidor a cuya
causa muchos de ellos y sus compañeros han sido ultrajados de los yndios ig-
nominiosamente, apremiados por ellos, conducidos como reos a la presencia
del tirano, tratados por él como sus prisioneros y cautivos tenidos en reclusion
y frequentemente amenazados de la muerte. No puede disminuir su gloria la
inmunidad que podían esperar de su caracter para ser esentos de la muerte
don Francisco Lasarte Presbítero despachado en calidad de expreso por la
Junta de Guerra en virtud de orden de vuesa señoría ylustrisima librado a su-
plica de la misina Junta, que alegó para ello no ha ver secular que se expusiese
a tanto peligro, falleció a manos de los yndios en el camino. El Licenciado
Puente que en compañia de los demas eclesiasticos vecinos de Paucartambo se
puso en una trinchera a la defensa del lugar, muerto de un valazo y el Licen-
ciado Cardenas perecio igualmente al rigor de las armas de los yndios por
haverlos exortado a que desistiesen del intento de la rebelion y del empeño
que tenían de matar a muchos vecinos de aquel pueblo que venían para esta
ciudad. Si ha havido presunciones e indicios de que algunos parrocos y otros
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