Page 370 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            que han tenido tanta parte sus prudentes arvitrios sus magnificas profunsio-
            nes, sus excursiones laboriosas, sus singulares exemplos. No se ignora que la
            embidia resistio pasasen por la presensa estos justisimos elogios, pero como
            la fuerza de la verdad es gigante invencible a los pigmeos del dolo y de la adu-
            lacion, ellos se hicieron lugar en la ymprenta. No falto quien hiciese pensar al
            exelentisimo señor don Agustín de Jauregui que este elogio rebajava su merito
            en las providencias que dio en la rebelion pero la ingenuidad de su exelencia
            resistio el ynflujo dando el pase. Yo exitado en el amor que profeso a la justicia,
            a la ygnocencia y lamentando el que se haia atropellado su sagrado, querría
            correr la pluma en esta materia mas alla de lo que piden muchos pliegos. Pero
            como vuesa señoría ylustrisima se siñe solamente a que le contexte los pasaxes
            que tuvo con José Gabriel con su muger Micaela Vastidas e hijo Ypolito, la vís-
            pera de su suplicio y le diga los sugetos que precenciaron aquellos; respondo la
            vuesa señoría ylustrisima que por recaudo que recivi del señor Vicitador Ge-
            neral don José Antonio Areche y encargo personal del señor Oidor don Benito
            Mata Linares visite a los delinquentes auxiliando particularmente a Ypolito en
            cuia sazon entró a su calavoso vuesa señoría ylustrisima y haviendosele puesto
            él de rodillas lo exortó vuesa señoría ylustrisima en cumplimiento dé su mi-
            nisterio a que llevase con paciencia el tormento y muerte que iba a padecer por
            su pecado, que no se fuese a la otra vida sin declarar los complices y factores
            de la revelion por que de lo contrario a mas de morir en mala conciencia seria
            causa de muchos ruidos y perjuicios que se habrían de seguir contra el Sobe-
            rano y el Estado. Que a todo eso estaba obligado por el paso en que se hallaba
            y por el juramento que tenia hecho de decir quanto sabia y responder a quan-
            to se le havia preguntado, a cuiás moniciones dijo Ypolito que todavia tenia
            que declarar y protextó hacerlo. Atendiendo yo lo fatigado que se veía vuesa
            señoría ylustrisima por las visitas que havia ya hecho a otros presos, me tomé
            la mano para proseguir con éste y en presencia de vuesa señoría ylustrisima y
            de muchos sugetos distinguidos que le acompañavan le corroboré la fuerza de
            esa obligacion. Concluido este auto pasó vuesa señoría ylustrisima donde su
            padre. No tengo presentes las palabras con que le exortó, pero no dudo le trató
            a vuesa señoría ylustrisima lo mismo que al hijo, siendo éste la voz y el alma
            del padre.— No acompañé a vuesa señoría ylustrisima a los otros calabozos.
            Muchos que allí concurrieron sabran mas que yo en el caso. Entre ellos eran
            el señor doctor don José Perez, el doctor don Ygnacio Castro, el doctor don
            Pedro Gonsalez, el reverendo Prior de Santo Domingo frai Andres Aragon, el



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