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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
desmedido y por todos modos acreditado de vuesa señoria ylustrisima. Yo no
puedo señor hacer memoria de esta sacrilega temeridad sin ocupar mi cora-
zon de excesivo dolor. Pero siendo presiso contextar al oficio de vuesa señoría
ylustrisima. Es lo tambien tropesar con esas piedras que ofenden aun puestas
solo en la imaginacion.— Si me huviese hecho cargo de atender exactamente
a los hechos y hechos de hechos de vuesa señoría ylustrisima en los principios,
medios y fines de la conspiracion de José Gabriel Tupa Amaro, no habria sido
mas listo en andar a la vista de vuesa señoría ylustrisima por el continuo susto
en que vivia considerando las ventajas y ardides del Rebelde sobre el cuerpo
de los nuestros.
La compañia de vuesa señoria ylustrisima del mismo modo que a los
demas vezinos de esta ciudad me servia de unico consuelo en tantas tribula-
ciones. La particular confianza y amor que devia vuesa señoría ylustrisima
junto con el sigilo que havia probado de mi en los secretos que quizá nunca
depositó en otro alguno, pudieron sin duda ser motivo para que vuesa señoria
ylustrisima me soltase siquiera una palabra que frizase colucion pero como
esta era tan estraña, tan desconocida de vuesa señoria ylustrisima ¿cómo ha-
via de producir su exterior ideas que no abrigava, que detestaba su corazon?
Por el contrario con todos admirava yo y jamas dejaré de admirar y nunca vas-
tantemente aquel infatigable teson con que armado continuamente acometía
vuesa señoría ylustrisima por todas partes al enemigo poniendo en execucion
quantos arvitrios eran pocibles y capaces a destruirle todas sus intenciones.
Y es de notar que no solamente emprehendido vuesa señoría ylustrisima esta
grande obra sino que la practicó hasta la ultima mano triunfando felizmente
de un sin numero de arduas dificultades. Quedaron al fin vencidas las malig-
nas trasas del Traidor y resusitando las mis mas y naciendo maiores todavia
en la persona de su perfido sequaz Diego Christoval, volvio a recoger vuesa
señoria ylustrisima todos sus alientos y como iluminado del cielo, opuso tanto
mas raros y discretos medios para quebrantar las cavezas de esta sierpe, quan-
to mas astutas, mas fuertes y mas multiplicadas eran ellas. Y aquí fue donde
vuesa señoría ylustrisima merecio maiores y mas dignas palmas por que evitó
el golpe mas fatal que iba a recivir el reino.— No puedo dejar de valerme para
acrisolar estas verdades de las mismas expresiones que el doctor don Juan Do-
mingo Unamusaga hace a vuesa señoria ylustrisima en la dedicatoria del libro
intitulado: Castro de Concepcion: La (utilidad) de todo este vastisimo reyno
es oi deudora a vuesa señoria ylustrisima de la pacificacion que ya goza y en
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