Page 348 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
            botaria avaxo seria la de el Obispo. Es quanto puedo asegurar contestando a
            vuesa señoria ylustrisima. Solo con la agregacion de que en todo el progreso
            del rebelión no se le ha visto respirar sino amor al Rey.— Nuestro Señor guar-
            de a vuesa señoría ylustrisima muchos años. Cuzco veinte y dos de maio de
            mil setecientos ochenta y quatro.— Beso la mano de vuesa señoria ylustrisima
            su mas atento servidor.— Pablo de Aztete.— Entre renglones: raso: vale.—
                    Concuerda con el oficio y respuesta original de su contexto a que me
            refiero y de que certifico. Lima y abril diez y seis de setecientos ochenta y cinco.


                    Doctor Antonio de Bustamante Secretario (Rubricado).




                    Señor doctor don Luis Astete.— Muy señor mio: Haviendose vesa
            merced hallado en esa ciudad del Cuzco desde el mes de noviembre de sete-
            cientos ochenta, en que empesó la rebelion sucitada por el vil insurgente José
            Gabriel Tupa Amaro hasta los fines de ella con la muerte de este Traidor y
            parte de su familia y pacificacion mediante el yndulto publicado por mi en el
            pueblo de Siquani a su primo Diego Christoval resto de familia y demas reve-
            lados, se ha de servir vesa merced exponer a continuacion de este la conducta
            y manejo que obserbo en mí desde las primeras noticias que se tubieron en
            esa ciudad de tan escandalosos movimientos, individualizando los hechos que
            a vesa merced le consten y los servicios que a beneficio del Rey y del reyno
            interpuse y contraiendose especialmente a expresar si es cierto que quando
            el mencionado traidor José Gabriel se presentó en el Cerro de Piccho con el
            fin de entrar a la ciudad con quarenta mil comvatientes me puse la tarde de la
            batalla en campo raso y a tiro de cañon del enemigo, victoreando por calles y
            plazas al Rey, alentando a los soldados, consolando a los afligidos, socorrien-
            do a los heridos y animando a todos a que peleasen con el maior exfuerso en
            defensa de la Religion, del Rey y del Estado.— Si igualmente es de publico y
            notorio en esa ciudad que viendose el referido Revelde en dicho citio mandó
            se me disparase un cañon y aseguró que la primera cabeza que havia de cortar
            entrando al Cuzco havia de ser la mia, lo mismo que havia protestado dias
            antes en diferentes lugares y los motivos que huviese tenido para este encono
            y sacrilegos deceos con los demas que a vesa merced le ocurra haver acaecido
            en las criticas circunstancias de aquella melancolica epoca.— Nuestro Señor
            guarde a vesa merced muchos años. Lima y abril diez y seis de mil setecientos



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