Page 32 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 1º
estos reynos no solamente lo temporal sino tambien lo espiritual en el govier-
no. (C) Amad pues todos a buestro Rey por tan justos títulos; pero temedle
tambien no con un temor servil y vajo sino filial puro digno de buestra noble-
sa. Temed caer en desgracia del Rey, y aunque oy deje por su piedad la vida y
vienes de fortuna si acaso tubiereis la infeliz suerte de ofenderlo (lo que Dios
no permita) sea el motivo de buestro dolor solo el ha ver contraído el reato de
infieles. Esta es la maior pena, y en las antiguas reales cedulas parecía suficien-
te conminar la generosa lealtad de los vasallos con la nota de inovediencia en
calidad de suplicio y castigo como indican aquellas palabras que se usaban. De
hacer asi me tendre de vos por bien servido y de lo contrario por deservido.
Este era el estilo y esta la clausula penal de estos reales rescriptos segun adbier-
te el savio politico del reyno (D) y abrá mexor premio para un noble vasallo
secular o eclesiastico que la gloria de haver servido a su Rey ni maior infamia
y pena que la de haver deservido. Por la vondad de Dios asi emos pensado
siempre desde que nos alumbró la luz de la soberanía en nuestra mas tierna
edad y deseamos ardientemente que los fieles sugetos a nuestra vigilancia pas-
toral piensen del mismo modo. A este fin los exortamos y amonestamos por
las entrañas de Jesuchristo previniendoles que las obligaciones para con Dios
y el Rey son inseparables en conciencia de suerte que lo mismo es ser mal
vasallo que mal christiano. Si esta doctrina no fuese incontextable verdad; en
bano encargaria Dios a la nacion ebrea el amor respeto y obediencia al primer
monarca que salio de sus manos para esa gente indocil. En vano repitiria el
apostol la sugecion a las potestades aun quando estas se hallaban en manos de
emperadores paganos = Notable refleccion la de Tertuliano (E) que represen-
tando aun soberano de estos la inocencia y meritas de sus hermanos los fieles
por que entonces lo eran, no dudo asegurar que los militares señalados en fi-
delidad y valor eran los christianos en las tropas de aquel ymperio. Tal es el
celo que la religion inspira para el servicio de los reyes, y quien ignora que la
divisa de los primitivos christianos era esta recomendable prenda? En aque-
llos siglos estaba la yglesia despreciada en su feé y mortalmente erida en sus
martires perseguida en la caveza y en sus miembros, despojada de sus vienes
y cruelmente negada a todo consuelo; sin embargo ella era la primera que
enseñaba el respeto y la fidelidad a sus hijos. A unos hijos ultrajados privados
de su fortuna y vendidos a la muerte pues qué devera practicar con unos reyes
que se lisonjean con el nombre y realidad de catholicos? Qué con unos reyes
que la onrran como a madre que la adornan y enrriquecen en sus santas casas,
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